Sombras Entre La Noche

Sombras Entre La Noche

DA Books

31/07/2021

Sombras Entre La Noche

Relatos por

Einar Emanuel Santana Jiménez y

Andrea Erandi González Reyes

Introducción

Yo soy Mr. SuckFeet’s, yo soy un «algo» que no es un alguien, que vive muy dentro de MAFORM Ville, qué que es MAFORM Ville?? Es una villa muy lejos de la civilización común, donde cosas extrañas llegan a ocurrir, quieres acompañarme a ver qué tipo de historias cuenta el viento?.

El viento corre por todo el mundo, es testigo de los hechos más sorprendentes de la historia, sin ser parte de ninguno, ni siquiera es antagonista, pero hasta el viento tiene curiosidad, ser testigo de la creación de armas, artefactos, arte y ciencia no es suficiente, quiere algo sin explicación, algo que nada ni nadie puede explicar, algo que ni él haya visto en ningún lado, hasta el viento es pecador de curiosidad, como tú, un simple ser humano, pero todo aquel que he de pecar de curiosidad vivirá las consecuencias de lo que los sentidos le han de testificar.

Sígueme por el espacio y tiempo de MAFORM Ville, con precaución y cautela comparte el pesar de cada persona dentro de esta peculiar villa.

Miseria y Muerte

Anna es solo un poco más peculiar que cualquier otra chica de quince años, estatura común, cabello corto y castaño, que goza de una lectura o película romántica, ella vive en una colorida calle en MAFORM Ville.

Anna pasa los recesos sola, pues las demás chicas la rechazan por ser un tanto más particular, a Anna le encanta escribir y dibujar, aunque siempre dibuja a un viejo corpulento y de nariz cuadrada que estremece a maestros y compañeros de Anna, en más de una ocasión han llamado a sus padres, pero Anna no presenta ningún trauma o problema psicológico de ningún tipo, por lo que consideran que es solamente un pasatiempo para ella, obviamente sus compañeras no lo ven de ese modo, Anna fue criada por su madre Hilda quien le prohibía estrictamente estar sola con niños, puesto a la mala influencia que estos podrían ser para Anna, puesto que dejaría costumbres propias de una dama, que su madre se había esforzado en inculcarle.

Aun así Anna conocía a un chico de la calle, con el que hablaba detrás de su casa, en la cerca trasera que juntaba ambas casas ellos charlaban, nunca dijeron sus nombres pues ambos padres rechazaban la idea de que dos chicos de diferente sexo hablarán solos, él se apodo «Ga» mientras que Anna pensó en un nombre que siempre le gustó mucho «Berry» sin saber ella, claro, que en realidad quería decir «baya».

Durante semanas ellos se comunicaban por la cerca, antes y después de la escuela, ellos hablaban. Anna asistía a una escuela de señoritas, mientras que «Ga» asistía a un colegio especial de artes. «Ga» llegaba tan solo unos minutos antes que Anna, por lo que comía rápido e iba al patio para hablar con ella de lo que hizo ese mismo día, él quería aprender a tocar un instrumento musical, pero no sé decidía a cual, pues todos eran de gran belleza para él. Anna al llegar merendaba algo antes de salir a charlar, ella era un poco tímida, por lo que «Ga» decía la gran mayoría de cosas durante la conversación, lo cual le molestaba un poco, por lo que pedía a Anna charlar más. Anna hablaba sobre lo que pasaba en la escuela, y con preocupación «Ga» respondía a la mayoría de historias:

  • Y porque no se lo comentas a tus padres? Tal vez puedan cambiarte de colegio.
  • Solo vivo con mi madre, se esforzó mucho para que yo pudiera entrar a ese colegio, no puedo dejar que todo ese esfuerzo sea en vano.

Respondía Anna, con normalidad, «Ga», aún con preocupación le contestaba:

  • Imagina que tomo tu mano, si? Sé que a tu madre le importa más que estés bien en ese colegio que cuánto se esforzó, pero eres demasiado buena persona para verlo, así que te prometo que yo hará que valga la pena todo eso, algún día.

Anna sonreía con amor, pues no solo sentía su mano con la suya, si no que creía en su palabra, y sabía que todo valdría la pena, algún día.

Un día «Ga» sacó un tocadiscos y lo postró cerca de su ventana que apuntaba a la casa de Anna, quién estaba dormida, al menos hasta que escuchó una dulce balada que de alguna forma le decía «De Ga para Anna».

Cada noche en su ventana, ambos dejaban un tocadiscos, tocando una balada distinta cada noche, dedicada al otro secretamente a oídos de todos. «Ga» ponía en repetidas ocasiones una balada que tenía artos a muchos vecinos, y que mencionaba a Anna, tenía algo en común con el autor, «La Vie En Rose» de Louis Armstrong, era dicha canción que reproducía casi todas las noches en el tocadiscos.

  • Sabes Berry, es muy tranquilizante hablar contigo, papá no me deja hablar mucho, dice que los hombres debemos saber manejar nuestras emociones, un día podrían afectar a alguien más que nosotros, a nuestra familia.

Comenta «Ga», un día que estaban conversando tras la cerca, a lo que Anna contesta:

  • Eso es tonto, cómo puedes controlar tus sentimientos si no puedes sacarlos hablando? Si tienes una familia es porque amas a esa mujer, y si tienen hijos ella a ti, seguramente ella querrá escuchar esas quejas por más tontas que sean.
  • Eso es lo tranquilizante de hablar contigo Berry, creo que esa mujer eres tú… o no lo sé, tal vez no.

Dice «Ga» antes de callarse y susurrarse a sí mismo cuán tonto cree ser por haber dicho eso, cuando voltea, Anna está asomada en un hoyo sobre la madera vieja de la cerca y se retira rápidamente muy apenada, cuando gira la mirada, «Ga» la mira de la misma forma, Anna está emocionada y sonrojada de ver por fin aunque sea un poco de «Ga», sus padres los llaman casi simultáneamente, ambos se despiden y corren, pero Anna no puede sacarse de la mente el ojo color miel tras la cerca en su patio, el ojo de alguien que podría llegar a ser más que un amigo… o bueno, más que un hoyo en la cerca de su patio.

La madre de Anna, Hilda, pensó que sería bueno enseñarle a hacer las compras, así que la envío a un bazar dentro del estadio abandonado de MAFORM Ville, a donde mucha gente acudía cada fin de mes, Anna escribió en un pedazo de papel todo lo que su madre le había pedido, así como su precio, su madre dejó a Anna pensar en cuánto dinero llevar, aun sabiendo que le faltaría solo un poco, su madre la dejó ir pues solo tenía que volver por más.

Anna antes de acudir al bazar paso a la casa detrás de la suya, debajo del buzón de esta se encontraban latas de pintura, pues el padre de «Ga» estaba pintando el buzón, Anna se acercó sigilosamente y en el buzón pinto en un costado «GA» y salió corriendo hacia el bazar donde tras pasar por unos diez puestos encontró a una mujer en un rincón llorando, ignorada por todos al pasar, Anna se acercó y le preguntó qué le pasaba.

  • Mis hijos, Oliver y Tod, no han regresado!!

Respondió la mujer muy alterada.

  • No sé preocupe, podría decirme cómo son ellos? Tal vez pueda encontrarlos.
  • Si!! Si gracias!!! Ambos son muy pequeños y pelirrojos, Tod es el más pequeño y tiene pecas en las mejillas, Oliver siempre lo cuida muy bien, seguro está con él.

Anna solamente encarga la bolsa del mandado de su madre a la mujer y empieza a buscar.

Anna busca por largo tiempo, cuando detrás del bazar logra ver entre unos muros con moho, una abertura que podría ser atractiva para un par de niños curiosos, cuando Anna logra entrar por la abertura encuentra un gran patio en donde hay filas de sillas en ambos lados de una alfombra que se encontraba al centro del patio, que va a un gran escenario al fondo, del lado derecho había una alberca que tenía un contorno parecido al de un quiosco, del otro lado había muchas sillas mirando hacia el escenario alrededor de él alejadas de las otras sillas, Anna trato de buscar con la mirada a los niños desde el otro extremo del patio, cuando unos hombres salen del salón detrás del escenario con muchos niños, entre ellos Oliver y Tod. Anna se escabulle hasta las sillas frente al escenario donde todos los niños fueron acomodados, Anna habló brevemente con Oliver sobre su madre, cuando los hombres pidieron atención al escenario, y de detrás del telón salió una mujer adulta común, con el detalle de las mandíbulas extrañamente cuadradas, grandes y sobresalientes de su cara, los niños estaban tan asustados que guardan completo silencio, Anna incluso se quedó muda, la mujer extraña se sentó en una silla al centro del escenario y miró a todos los niños frente a ella, cuando empezó a temblar como si quisiera alzar su mano, señalando diferentes niños, desde el lado derecho hasta el izquierdo lentamente, llegando poco a poco a donde se encontraban Tod y Oliver, cuando la mujer detiene su dedo apuntando hacia Anna, apuntando repetidamente, la levantan de manera brusca y la sientan en una silla justo frente a la mujer que ahora respira muy agitada, sus ojos la miran fijamente, Anna está aterrada.

El hombre grita:

  • Han sido bendecidos, han sido elegidos para ser enviados con su creador!!

Al Anochecer la madre de Anna está muy preocupada, «ya ha tardado mucho, ya era tiempo de que notará que el dinero no era suficiente», pensó su madre. Busco por todo el bazar hasta encontrar la bolsa que llevaba Anna a lado de la mujer que ahora gritaba por tres niños. Hilda se acerca a la mujer y le pregunta:

  • Disculpe señorita, como usted puede tener la bolsa de mi hija??? la ha visto???
  • Mis hijos!!! Tod y Oliver, no los encuentro por ningún lado, una linda chica quiso ayudarme y no ha vuelto en horas!!!
  • Anna??!!

Tod y Oliver salen del mismo hoyo cubierto de moho por el que entró Anna, y mudos van con su madre que llora de la felicidad y los lleva a casa, pero en su lugar, ahora llora y grita por ayuda Hilda, buscando a Anna, si tan solo supiera que ella jamás regresará, al menos dejó la bolsa con comida.

Anna dejó a un enamorado detrás, si es verdad, «Ga» Aún espera a Anna tras la cerca, todo el día y hasta parte de la noche, tras unas horas solo mira al cielo y pide a la Luna, que donde sea que esté, pueda reunirlos un día.

Esperemos no de la misma forma «Ga».

Falsedad y Avaricia (1)

Está historia es de mis favoritas, comienza en un psiquiátrico infantil, donde se encuentra nuestro nuevo joven protagonista, quien fue testigo del asesinato de sus padres y que testificó que su amigo imaginario era el culpable.

Tobías Franco, un sujeto de solo treinta años, alto, un poco corpulento, de cara y nariz cuadrada, ojos color miel, con boca pequeña es tío de dicho muchacho. Tobías lo espera fuera del hospital pues están por dar de alta al muchacho, que vivirá con su tío y algunos fármacos.

El muchacho es muy delgado, con una quijada un poco más cuadrada de lo normal, cabello negro y un poco largo que le cubría el ojo derecho.

Tobías recibe indicaciones del médico que atendió al chico mientras estuvo ahí, advirtiéndole de sus medicinas, mostrándole uno de sus dibujos que mostraba a un espantapájaros fuera de su casa, saludando a sus padres ahora muertos, Tobías se confunde y alerta un poco, cuando es interrumpido por el psicólogo del chico que dirigiéndose a él, le menciona:

  • No le diga su nombre al chico, aún no sabemos exactamente a qué se deba, pero se pone agresivo al escuchar su nombre, pudimos quitar de su mente a su amigo J-Sox, y lo identifica como lo que es, un amigo imaginario, pero tal vez sea mejor no mencionarlo con regularidad, que lleve una vida normal, con las debidas precauciones.
  • Ha, si está bien.

Responde confundido Tobías, él es hermano de la madre del chico, nunca había tenido hijos ni familia, por lo que no sabe a ciencia cierta, cómo es o debería ser la vida normal de un joven moderno.

Tobías recibe a su sobrino con sus maletas, y con una mirada nostálgica, le dice:

  • Que tal amigo? no me recuerdas, cierto? Soy tu tío Tobías, puedes decirme Tío Tob.
  • Tio Tob.

Responde el chico susurrando, mirando hacia el piso, Tobías sonríe y toma su maleta mientras que tomándolo del hombro lo dirige a su auto.

  • Que nombres te gustan?

Le dice su Tobías mientras sube su maleta a la cajuela de su auto, pero él no responde, se queda mirando cada detalle del auto.

  • Qué tal? Te gusta? Es un Mustang Deze Shelby GT500CR, un día será un auto clásico amigo mío, de eso estoy seguro.

Le dice Tobías mirando con orgullo su auto, el chico se acerca más a la puerta en la que se refleja y le contesta:

  • Lo’d me gusta.
  • Lo’d? Oh, cómo nombre?

Pregunta Tobías.

  • Sí, mi padre no manejaba piezas tan grandes de maquinaría.

Comenta Lo’d mientras frota sus manos en la puerta del auto.

  • Quieres saber cómo funciona… Lo’d?

Pregunta Tobías agachándose para tomar del hombro a Lo’d, quién le sonríe y asiente con la cabeza.

Tobías vive en una casa de tamaño mediano, su exterior es adornado por maderas café con grandes ventanas con marcos y bordes de color blanco y gris.

  • Donde… trabajas?

Pregunta tímido Lo’d, Tobías lo mira sonriendo y mirando su casa responde:

  • Escribo novelas de terror para una pequeña editorial que puso el ojo en mí, no gano tanto como uno pensaría, pero no gano mal como puedes ver.

Dice Tobías riendo.

Lo’d sonríe viendo la casa, Tobías saca la maleta de la cajuela del auto y poniendo la mano nuevamente en el hombro de Lo’d lo lleva a su nuevo cuarto.

  • Disculpa el desorden, este cuarto lo usaba como cuarto de juegos o algo así, aún tengo que llevarme algunas cajas, pero no te preocupes, ahora mismo nos las llevamos.

Continúa bromeando Tobías.

Lo’d lo mira sonriendo, camina hacia la cama y mirando al piso bromea:

  • Ahora solo hay una gran pieza suave.
  • Si.

Responde Tobías riendo incómodamente, quién carga una caja del piso y la lleva al ático.

  • Si quieres puedes explorar la casa amigo, no te preocupes, no tengo nada indecente, al menos no a plena vista.

Le grita Tobías a Lo’d desde el ático.

Lo’d le toma la palabra y empieza a explorar la casa, su cuarto se encuentra al fondo del segundo piso del lado izquierdo, del otro lado hay un baño que mide lo que su cuarto, un pasillo vertical con un gran ventanal al patio los divide, el cuarto de Tobías le sigue al de Lo’d y enfrente están las escaleras al ático, debajo de estás hay un gran mueble con bebidas y libros, al terminar el pasillo hay otro horizontal con mirada a la entrada de la casa y la sala, por ambos lados tiene escaleras hacia abajo, y en el piso de abajo, del lado izquierdo hay un cuarto pequeño al fondo, es el estudio de Tobías, frente a él está una cocina mediana con una pequeña isla, toda la casa está adornada de madera café, bordes grises y blancos con piezas de piedra en la entrada y en la chimenea que se encuentra a un costado entre la sala y el estudio, con dos sillones y una mesa pequeña frente a esta.

Tobías sigue subiendo sus últimas cajas, cuando por el rabillo de su ojo logra ver una sombra estirada en el rincón del cuarto de Lo’d, voltea rápidamente pero no logra ver nada.

  • Debo estar loco.

Se dice a sí mismo, mientras sigue subiendo la caja. Tobías deja esta caja en el ático, cuando por el rabillo de su ojo ve nuevamente una figura estirada, ahora justo a un lado de él, él voltea rápidamente alzando los puños en defensa propia, pero no ve nada otra vez. La caja que dejó caer asomaba una foto de él con una chica joven de pequeña estatura y cabello largo hasta la cintura, vestida de camisa roja y un overol de mezclilla que llegaba debajo de la rodilla, Tobías la tomó lentamente y con nostalgia se dijo a sí mismo:

  • Porque te fuiste? Tu y yo… Teníamos tantos proyectos juntos.

Tobías dejo la foto encima de una caja cerca de las escaleras para tomarla después y ponerla abajo, recogió las últimas cajas del cuarto de Lo’d y al dejar la última miro nuevamente por el rabillo de su ojo una sombra estirada en el rincón del ático, miró rápidamente de nueva cuenta pero no vio nada por tercera vez.

  • Esto ya me está hartando, que carajo me pasa?? Debe ser el estrés del chico, no sé si mi vida normal sea para un niño, en especial como… Lo’d.

Se dice a sí mismo, frotando su frente con sus dedos y los ojos cerrados, aún cerrados Tobías busca la foto con la mano, al abrir los ojos, la foto ya no estaba en el lugar donde la dejo:

  • Que? Habrá caído otra vez? No es posible, no la veo en años y ahora se cae dos veces? Debe estar hecha pedazos.

Dice Tobías mientras busca la foto debajo de las escaleras, pero por más que busca, no encuentra ni rastro de esta.

  • Lo’d??!!

Grita Tobías para saber si Lo’d estaba ahí y había tomado la foto.

  • Tío Tob?

Responde Lo’d desde el piso de abajo, Tobías confundido aun así pregunta:

  • No tomaste una foto que se cayó hace un momento del ático??
  • No he subido, Tío.

Responde Lo’d, desconcertando aún más a Tobías, quién se dice a sí mismo:

  • Supongo que es una señal de Dios, para dejarla atrás.
  • No!!!!

Se escucha un gran susurro ronco desde el ático, que hace brincar a Tobías.

  • Sabes Lo’d? No estaría nada mal pasar un tiempo en la villa, para… que la conozcas.

Dice asustado, mientras va hacia su habitación a empacar ropa para unos días.

Después de unos pocos minutos, Tobías baja con una maleta provisional, buscando las llaves del auto.

  • No era broma??

Dice Lo’d que estaba viendo televisión en la sala.

  • No, no lo era, empacare mi laptop y algunos libros que necesito, sube por tu maleta y si quieres llévate algo de aquí, pero avísame si lo haces.

Responde apresurado Tobías.

Lo’d sube por su maleta y mirando un rincón oscuro sonríe, y pregunta:

  • Tú lo asustaste? No lo hagas, él no puede saber de ti, no se acostumbrara.

Ambos suben al auto hacia Maform Ville, pues Tobías vivía a unas cuantas millas de ahí, en un bosque solitario. Hace unos años Tobías vivió en la villa en una pequeña casa de la que aún es propietario.

  • Hace mucho tiempo no voy a esa casa, tal vez esté un poco maltratada, primero entraré yo, por si hay algún animal.

Dice Tobías preocupado y aún un poco asustado, Lo’d ríe un poco, pero Tobias aclara:

  • No es broma, ten cuidado. Trajiste algo de casa, Lo’d?
  • Ho sí, mira encontré esto.

Responde Lo’d mientras de su maleta saca una figurita de madera tallada, es una persona muy larga con cola de serpiente y sombrero.

Tobías lo mira confundido y le pregunta:

  • Que? De dónde sacaste eso?
  • Estaba sobre el mueble.
  • Que? Cuál?
  • De las escaleras de arriba.

Responde angustiado Lo’d, y pregunta:

  • No debí tomarlo, Tío??
  • No es eso Lo’d, es sólo que nunca lo había visto en mi vida.

Responde Tobías muy angustiado y asustado, cuando finalmente llega al pueblo pasa a una tienda donde pasaba mucho tiempo cuando niño. Baja del auto y pregunta a Lo’d:

  • No tardaré, quieres acompañarme o algo?
  • No, gracias.

Responde Lo’d sonriéndole.

Tobías entra a la tienda e inmediatamente es saludado por el hombre viejo que atendía la tienda.

  • He Tobías, hace mucho no se te miraba por aquí.
  • Lo sé, lo sé, tuve mucho trabajo y me es más fácil hacerlo cuando estoy solo, la casa en el bosque fue buena idea, gracias Milo.

Responde Tobías, toma algunas cosas de la tienda, botanas y bebidas y da inicio a una conversación entre ambos:

  • Milo, recuerdas que cuando me vendiste la casa decías que cosas raras pasaban ahí?
  • Lo dije? Ha si, los Ratchet dijeron eso cuando se mudaron y se fueron, yo nunca vi nada, viví ahí doce años hasta que era demasiado espacio para un viejo.
  • Hoy vi cosas raras, eso no me preocupo, pero cuando una clara voz ronca te grita «No», no puedes evitar cagarte de miedo.
  • No llevas pañales verdad?

Dice Milo bromeando con el temeroso Tobías, que le responde:

  • Deja los juegos Milo, mi hermana y toda su familia murió y tengo que cuidar a un niño con problemas psicológicos, nunca he tenido un hijo, ni siquiera una maldita mascota, y ahora está maldita cosa vive en mi casa, que carajo se supone que haré?
  • No sé ni siquiera porque me lo cuentas a mi Tobías acaso… ha… es por Anna.
  • Que? No, eso fue hace muchos años, vine porque eres un muy viejo amigo, de quién siempre he obtenido buenos consejos.
  • Y me crees caza fantasmas? Cuánto tiempo te quedarás en tu vieja casa?
  • No lo sé, hasta que sepa que haré con el pequeño Lo’d, no sé cómo tratarlo, en algún momento lo tendré que regañar, acaso lo marcará de por vida por sus problemas??
  • Calma, eso no depende de nosotros Tobías, a veces necesitan ser corregidos con regaños y a veces hasta golpes, es por su bien, que tenga problemas no significa que no sea normal, espera… dijiste «Lo’d».
  • Si, tiene problemas al escuchar su nombre y le pregunté cuál le gusta, supongo que lo eligió por sus iniciales.
  • Dale un tiempo a solas cada cierto día, necesita de tu atención y cariño, pero no necesita que su único familiar vivo le tenga lástima.
  • Si, supongo que tienes razón, gracias Milo, cuanto te debo por estas cosas?

Cuando llegan a casa, Tobías entra primero para revisar las habitaciones, pero no encuentra nada más que viejos recuerdos, tras unos minutos revisando, acomodan sus maletas y quita los plásticos de los viejos muebles de la casa.

  • Sé que es más angosta, pero bueno… solo somos nosotros dos.

Dice Tobías mientras dirige a Lo’d a su cuarto, esta casa es angosta con espacio para dos cuartos y unas escaleras por piso, la casa avanza por un pasillo hacia el fondo donde encuentras la cocina, en medio las escaleras donde debajo hay un baño, y justo en la entrada una sala pequeña, en el piso siguiente, con el mismo diseño, están los dos cuartos y un baño completo que toma el lugar de las escaleras.

  • Listo, este es tu cuarto, dime si necesitas algo, traje botanas y refrescos para ver televisión, si quieres puedes acompañarme.

Dice Tobías antes de cerrar la puerta, Lo’d sonríe y asiente con la cabeza.

Al anochecer, Lo’d y Tobías están en la sala viendo televisión, mientras Tobías piensa en lo que pudo haber pasado con la foto, cuando es interrumpido Lo’d, que pregunta:

  • Porque el buzón tiene otras iniciales??

Tobías mira al frente sonriendo con melancolía y volteando hacia él, le responde:

  • Tuve que cambiar mi nombre, decían que no combinaba con mis libros, fue una condición de la editorial, esas son mis iniciales reales amigo.

Lo’d tras unos minutos se despide de Tobías y sube a dormir.

Lo’d está en su nuevo cuarto, listo para dormir, cuando se empiezan a escuchar ruidos extraños desde debajo de su cama, y en su armario, unos ojos amarillentos lo espían mirándolo fijamente, respirando con fuerza, cuando de pronto todos los ruidos cesan, es entonces cuando se escucha un golpe en la ventana, unos blancos y largos pies han golpeado la ventana, un hombre colgado, poco a poco se voltea en dirección a Lo’d, señalando la puerta que estaba entreabierta, y que ahora se está abriendo poco a poco, rechinando, mientras Lo’d se cubre con las cobijas pues está muy asustado, cuando asoma la mirada por un lado de la cama, mira unas grandes y largas manos peludas color blanco saliendo desde debajo de la misma, rasgando el piso.

Tobías escucha ruidos en la habitación de Lo’d, y decide ir con él, cuando entra a la habitación, Lo’d está totalmente tapado con sus cobijas, Tobías pregunta desde la puerta:

  • Hey amigo, que pasa??
  • Ventana.

Responde Lo’d muy asustado, señalando con su mano desde la cama hacia la ventana, Tobías no mira nada, así que pregunta a Lo’d que es lo que vio, pero al no resivir una respuesta, Tobias pregunta preocupado:

  • Quieres irte de aquí amigo?

Tobías no sabe a dónde lo puede llevar, hasta que recuerda la casa de los padres de Lo’d, quién contesta que si quiere irse de ahí.

Tobías llama al centro médico en el que estuvo Lo’d para hablar con uno de sus doctores:

  • Hola, buenas noches, disculpe la hora, soy Tobías Franco, no sé si me recuerdo.
  • Cómo olvidarlo, fue recientemente.

Contesta riendo un poco el doctor.

  • Solo llamaba para decirle que Lo’d no se sentía cómodo en mi hogar, ni en el otro, bueno no realmente, sólo está confuso… no lo sé, solo quiero saber si puedo llevarlo a casa de sus padres.
  • Está seguro que puede manejar a ese chico señor Franco?
  • Solamente necesito tiempo y consejos como cualquier persona, no se preocupe.
  • Decidió llamarlo Lo’d supongo.
  • Yo le pregunté y ese nombre me dijo.

Dice Tobías cada vez más desesperado en una respuesta.

  • Los tratamientos a los que se sometió a… Lo’d pudieron mostrarnos que él no siente ningún tipo de dolor o interés en sus padres.
  • Que? Cómo puede ser eso? porque estaba ahí entonces?
  • El habla con normalidad de la muerte de sus padres, y toda su vida sin estar triste, ni un poco, ni siquiera es que lo esconda, su cuerpo no tiene una reacción de dolor a tal ocasión, lo tuvimos aquí por su amigo J-Sox, que le parecía real y peligroso, decía que no todos lo podían ver, al principio.
  • No estoy entendiendo, Lo’d no siente nada de tristeza ni pesar a su pérdida, pero cree que su amigo imaginario es un asesino.
  • No exactamente, lo describe como un demonio que confunde sus personalidades, entre más querido es por el huésped, más real es, o eso dijo Lo’d.

Trata de explicar el doctor, pero Tobías cada vez más brusco responde:

  • Demasíado para la mente de un niño de tan poca edad, que tal si este tal J-Sox es un personaje que hizo para resguardar su dolor, y padece crisis de personalidad, de esta manera en Lo’d no detectan dolor, pero en el J-Sox, sí.
  • Nunca hablo de J-Sox como si se tratará de él, siempre lo representó cómo un amigo imaginario, señor Franco, en cuanto a su pregunta… no creo que le afecte visitar su hogar, pero si trata de huir de J-Sox… nunca lo logrará!!!

Dice el doctor, seguido de una risa estérica y escandalosa, con una voz más ronca que antes. Tobías revisa el celular «marque el número equivocado y me están tomando el pelo» pensó él, pero Tobías ni siquiera tenía en su mano el teléfono, si no el muñeco que Lo’d encontró.

  • Lo’d baja rápido!!

Grita Tobías asustado, mientras arrojaba la figura.

Tobías tomo a Lo’d y corrió hacia su auto con las cosas que pudo empacar y la maleta de Lo’d, hacía una granja cercana a MAFORM Ville, donde se encontraba la casa de los padres de Lo´d.

Odio y Rencor

En una colorida calle de MAFORM Ville vive un anciano alto, con un cuerpo raro que hace pensar que antes fue muy corpulento, de cara y nariz cuadrada, con boca pequeña y una casa muy descuidada al fondo de dicha calle, Gillmore Armstrong es dicho anciano, y es temido por todos los niños de la calle, pues en cierta hora de la madrugada se le ve a Gillmore rondar por la cerca de detrás de su casa, y a los pocos minutos se escucha una melodía que parece ser una balada distorsionada por el tiempo, que no se sabe si proviene de la casa de Gillmore o de la que está detrás.

La familia Rosales, se ha mudado a la colorida calle de MAFORM Ville, la familia acaba de adoptar a un pequeño niño que no habla pues sufrió cosas tenebrosas durante su niñez, y decidieron conservar su nombre con su nuevo apellido, Jimmy Rosales es el nuevo integrante de la familia que al llegar en el camión de mudanzas salió corriendo hacia la nueva casa para explorarla, Lidia y Javier son los nuevos de padres de Jimmy, quienes se han encaminado en la tarea de ayudar a los niños mal afortunados.

Jimmy explora la nueva y angosta casa, tres cuartos pequeños por piso y uno de ellos, es el baño que a su lado tiene las escaleras, Jimmy explora rápidamente toda la casa y sale con su padre Javier mirándolo cómo esperando que le dijera algo. Javier lo mira dudoso y pregunta a Lidia:

  • Le prometí algo a Jimmy antes de salir??
  • Mm no lo sé, qué te parece si vas a conocer a los nuevos vecinos mientras lo recordamos, cariño.

Dice Lidia respondiendo a su esposo, y ordenando a su nuevo pequeño hijo, quien asiente con la cabeza sonriente, Javier y Lidia con ayuda de los empleados meten a todo a su nuevo hogar.

Javier es un hombre de apenas veintiocho años, de estatura promedio, delgado, de cabello negro y un tanto largo, lentes cuadrados de interior verde y bigote que cierra con su barba, mientras que Lidia es una chica de veinticinco años de casi la misma altura que Javier, con ojos grandes, un tanto muy delgada, cabello castaño y largo, con un tono de piel muy blanco.

Jimmy escucha a niños jugando desde algún patio, y buscando hacerse amigo de estos, se asoma en todos los patios que puede, hasta que mira la casa descuidada y gris del señor Armstrong, pues le causó curiosidad el auto que estaba cubierto por una lona negra, el anciano tenía un Mustang clásico al cuál lentamente se acerca.

  • No! Espera!

Grita uno de los niños que jugaba, deteniendo en seco a Jimmy quien voltea preocupado y confundido, los niños se acercan y juntos comentan lo mismo:

  • No te acerques nunca ahí, el señor G, come niños.

Jimmy mira la casa, y luego a los niños, y tras un tiempo mirándolos, sonríe como riéndose:

  • No es broma.

Responde el mayor de los niños, agregando:

  • El nunca sale de día, nunca se le ve salir de casa de hecho, pero al caer la noche, se le ve llegando aquí, a pie, arrastrando los pies mirando a todos lados, buscando una nueva presa, parando unos segundos antes de abrir la puerta.

La historia es interrumpida por Lidia, que llama a Jimmy para comer, quién muy preocupado mira atrás mientras camina a casa.

Ya en la cena, Lidia le pregunta:

  • Vi que estabas con unos niños, son tus nuevos amigos??

A lo que Jimmy responde con lenguaje de señas, el cual solo sabía su madre. «No, me asustaron» dice Jimmy.

  • Que?? Porque no me lo dijiste?? Dónde viven??

Responde exaltada Lidia, que es interrumpida por Javier, que solo sabe un poco de lenguaje de señas:

  • Cálmate Lid, seguro estaban jugando, estás bien amigo?? Quieres que hablemos con sus padres??

Jimmy con los ojos tristes, asiente con la cabeza y mira a sus padres.

Esa misma noche una mujer toca a la puerta dándole la bienvenida con un pastel a la familia Rosales, Lidia y Javier atienden juntos la puerta, y con una sonrisa fingida Lidia dice:

  • Ha si, que lindo, gracias, su hijo fue quien asustó a mi niño???
  • Lid!

Interrumpe Javier, quién mira apenado a la mujer, y pregunta:

  • Disculpe, es que mi hijo salió a buscar algunos amigos y nos dijo que algunos niños los asustaron, no sé si sepa algo?
  • Hooo si, la casa del señor Armstrong, los niños hacen todo tipo de leyendas de esa casa y ese pobre hombre.

Responde la mujer, agregando:

  • Sinceramente no sé si mi hijo Mickey haya hecho tal travesura, ha disculpe mis modales, me presento, soy Amy House.
  • Perdón, ese niño es nuestra vida, no quiero que le pase algo a «suspiros».

Interrumpe Lidia, seguida de su presentación.

  • Disculpe la pregunta, sé que «Suspiros» es su hijo, pero porque el apodo?

Pregunta confusa la mujer.

  • Jimmy es… no es realmente mudo, pero no quiere hablar, le decimos así porque es el único sonido que hace.

Responde Javier.

Al despedirse de la señora House, cierran la puerta y se dicen al mismo tiempo:

  • Mickey House?

Riendo uno con el otro.

Javier es un arquitecto que acaba de iniciar su carrera hace unos años, uno de los cuartos de la casa, fue adaptado para ser un estudio en el que desarrollará sus proyectos, éste se encuentra en el tercer y último piso de la casa, dando vista desde la ventana a la calle.

Al anochecer Lidia arropa a Jimmy para dormir, mientras que Javier sube al estudio para trabajar, él normalmente se queda trabajando unas horas, mientras Lidia lee en cama, para cuándo Javier acaba por esa noche, Lidia termina su sesión de lectura por lo que aún pueden dormir juntos.

Javier está atorado en una fase de su diseño, pues tiene que acomodar un número grande de casas en un terreno demasiado pequeño. Buscando una idea, Javier da vueltas en su silla, hasta que lentamente pará frente a su ventana, donde logra observar al anciano Armstrong caminando a casa, lentamente por la distancia entre la silla y la ventana, el anciano se pierde en el borde, cuando Javier se acerca a mirar al viejo, el ya no está en el camino que se supone debería seguir hacia su casa, que se encontraba ya a solo unos metros de la acera.

  • Es rápido el anciano.

Bromeo consigo mismo Javier, antes de darse vuelta al escritorio donde noto que en una de sus maquetas viejas que estaban frente a él, había un anciano igual a Armstrong, una pequeña figura que él no recordaba haber puesto.

  • Ha vaya, no me lo dijeron, lo incluyeron al final para promocionar, supongo… aunque es muy parecido a… ha no importa.

Javier cierra el estudio con llave y baja a su habitación en el segundo piso, donde encuentra, dormida ya, a Lidia, mirando confundido su reloj que estaba marcando las cinco de la mañana.

  • Qué carajo? Subí apenas a las diez de la noche, no sentí que tardara tanto.

Se dijo a sí mismo Javier antes de vestirse para dormir aunque sea esas pocas horas.

La tarde del mismo día, Lidia despertó a Javier, pues ya era muy tarde:

  • Planea desayunar hoy señor Rosales?
  • No me hables así, que me prendo.

Bromea Javier, que rápidamente se sienta sobre la cama y se pone sus sandalias negras con blanco, simulando ser un Trooper mal pintado de la guerra de las galaxias.

Lidia y Javier bajan, y tras unos minutos suena la puerta que Lidia atiende, son unos niños que buscan jugar con Jimmy, que emocionado come toda su comida y espera impaciente la respuesta de su madre justo tras ella.

  • Sí, pero quién de ustedes es Mickey?

Pregunta Lidia antes de dejar salir a su hijo, a lo que un niño contesta alzando la mano.

  • Conozco a tu madre, cualquier problema que haya iré en contra tuya.

Dice Lidia amenazando a un niño con la mirada, Javier sale para calmar a Lidia y desearle un buen día a Jimmy quien sale muy emocionado. Javier se queda un momento en la puerta mirando a su hijo y tras un tiempo cierra la puerta y dice a Lidia:

  • Son sus primeros amigos, tiene diez años y nunca había tenido un amigo, además de nosotros Lid.
  • A quien más quiere?

Responde Lidia, celosa de los nuevos amigos de Jimmy.

Los niños hacen un círculo en el patio de Mickey, y empiezan a preguntar cosas a Jimmy que obviamente no puede responder.

  • Ha olvide decirles, Jimmy es mudo.

Interrumpe Mickey, que apenado agrega:

  • Mi mamá me lo dijo ayer que los visitó.

Nicolás, que es el mayor del grupo con 14 años, toma un pizarrón y un gis para que Jimmy escriba.

  • Toma, así podremos hablar.

Jimmy mira el pizarrón y sonríe, escribiendo «Gracias» mientras se lo muestra a Nicolás.

Los niños tras unos minutos tomaron una caja donde guardaban muchos sombreros y jugaban, cuando nuevamente son interrumpidos por Lidia, quién llama para comer a Jimmy, Mickey toma un sombrero redondo de color morado con una tira negra de la caja y se lo da a Jimmy quien se despide rápidamente para ir a casa.

  • Cómo estás Jim?? Te hicieron daño?? No estás lastimado?? Cansado?? Quieres agua??

Pregunta Lidia agobiando entre abrazos a Jimmy que con la mirada pide ayuda a su padre, que rápidamente comenta:

  • Ha mira, tiene un nuevo sombrero.

Lidia se separa un segundo de Jimmy y toma el sombrero para revisarlo, mientras murmura así misma:

  • Parece que estuvo en una caja por años, necesito lavarlo, ya verás cómo queda.

Lidia sube a lavar el sombrero, mientras Javier sonríe a Jimmy que con su pizarrón le dice «Gracias».

  • También te dieron un pizarrón?

Pregunta Javier, a lo que Jimmy contesta en su pizarra «No exactamente». Javier ríe y pide a Jimmy sentarse para comer, mientras va por su madre.

Al anochecer Javier sube nuevamente a trabajar, y cuando está a punto de terminar su diseño, escucha a alguien hablar en la calle, el señor Armstrong murmura algo mientras se dirige a su casa, está vez Javier no lo pierde de vista y tras su cortina lo mira caminar hasta la puerta de su casa donde se detiene unos segundos, y mira hacia la ventana donde se encuentra Javier, quién se esconde diciendo a sí mismo:

  • Espera, él no puede verme.

Ríe un poco, y al asomarse mira al señor Armstrong mirando fijamente la ventana donde Javier aún mira, ya no parado en la entrada de su hogar, si no en la acera de la misma. Javier se espanta un poco y decide acabar rápidamente el primer boceto del diseño final para bajar a dormir, mira el reloj del estudio y apenas son las doce, al bajar las escaleras siente la necesidad de ver su reloj de mano y son nuevamente las cinco, confundido vuelve al estudio para ver el reloj que ahora marca las cinco de la madrugada.

  • Pero qué??? Debí ver mal la primera vez.

Piensa Javier antes de bajar a dormir.

Al siguiente día nuevamente los amigos de Jimmy lo buscan para jugar, Lidia con esfuerzo lo deja salir de nueva cuenta, están en el patio de Mickey como de costumbre, cuando sorpresivamente ven al señor Armstrong salir de su casa y pararse justo frente al patio donde ellos se encontraban, ellos no se dan cuenta, pero el señor Armstrong mira fijamente a Jimmy susurrando repetidamente para sí mismo:

  • Cuenta pendiente! Cuenta pendiente!.

Cuando la señora Amy House sale y pregunta al señor Armstrong:

  • Disculpe, se le ofrece algo? Señor?

Los niños voltean y ven al señor Armstrong mirando fijamente a Jimmy, lo cual les asusta, él está respirando muy fuerte, pero cuando la madre de Mickey se acerca, la respiración agitada desaparece y volteando al lado contrario de dónde estaba Amy, el señor Armstrong se retira caminando rápidamente hacia su casa. La señora House lo sigue con la mirada y cuando voltea a ver a los niños, estos están en un rincón del patio muy asustados.

  • Quieres que llame a tu madre, Jimmy?

Pregunta la señora House, a lo que Jimmy responde asintiendo repetidamente con la cabeza.

Amy acompañada de Mickey y Jimmy van hacia la casa de los Rosales, donde Lidia abre velozmente la puerta preguntando y agobiando a Jimmy de la misma manera que el día anterior. Javier escucha que Amy le comenta lo que pasó a Lidia, y cuando estos entran a casa, Javier no puede evitar comentar:

  • Ese anciano sí que es extraño.
  • Tu abuelo también lo es Javier, solo se asustó mi pequeño.

Responde Lidia un tanto molesta por lo sucedido.

Al anochecer Javier y Jimmy pintan figuras para su nueva maqueta, y divirtiéndose hacen unas de ellos mismos, una pequeña Lidia, y los pequeños Jimmy y Javier, Lidia llama a Jimmy para arroparlo, y el baja despidiéndose de su padre, Javier finaliza su diseño final y mira desde la ventana, la casa del señor Armstrong, y sin percatarse nunca de que salió, ve como entra de regreso a casa, está vez no se detuvo en la entrada, si no que movió los hombros al abrirla, cómo si se estuviera riendo, Javier confundido baja rápidamente a su habitación y despierta a Lidia comentándole todo lo que ha pasado estás pocas noches:

  • Ha vamos Javier, no trates de asustarme, duérmete ya.

Dice Lidia aún un poco dormida, a lo que Javier responde hablando rápidamente mientras susurra:

  • No te duermas, mira mi reloj, dice que son las cinco, el de arriba decía que eran las dos cuando baje, igual que la otra noche, pero durante la tarde, marca la hora con normalidad, cómo explicas eso??? Lid??

Lidia se queda dormida durante la charla de Javier que tras un suspiro decide olvidar todo e ir a dormir.

Al día siguiente los amigos de Jimmy nuevamente lo buscan, está vez para invitarlo a la feria de MAFORM Ville, cerca del estadio abandonado, Javier y Lidia deciden acompañar a los niños con el resto de los padres, quienes se sientan a hablar en una mesa de campo que había muy cerca de ahí, Jimmy y los demás niños juegan por toda la feria cuando a lo lejos, ven al señor Armstrong, que los mira desde detrás de la rueda de la fortuna que se encuentra a la misma distancia que la casa de Jimmy a la de él, cuando los padres repentinamente empiezan a hablar del anciano:

  • Es un sujeto bastante extraño, digo, mi abuelo delira de vez en cuando pensando que está en la segunda guerra mundial otra vez, pero…

Dice Javier, cuando es interrumpido por la mirada de Lidia que le pide no decir nada al respecto, pero la señora House, cuenta:

  • Mi esposo ha vivido aquí toda su vida y su padre Milo House conoce a ese hombre desde siempre, dice que él perdió a la mujer que amaba cuando apenas era un joven, y que después se le vio con un niño muy extraño parecido a Jimmy, por unos años no supieron de ninguno de los dos, hasta que el regreso muy agresivo, extraño y cascarrabias.

Provocando una sensación de tristeza que recorrió a todos, excepto a Lidia, que sintió un escalofrío en todo el cuerpo, y con la mirada busco a Jimmy por todos lados, pero no lo veía, así que miro a Javier y dijo muy preocupada:

  • No veo a Jimmy!!
  • Que? Tranquila cielo, debe estar cerca de aquí, lo buscaré, no te preocupes.

Dice vanamente Javier, acercándose rápidamente con los niños para preguntar si lo habían visto alejarse, pero al ser todas las respuestas negativas, Javier empieza a buscar desesperadamente preguntando a cualquiera sobre el paradero de su hijo.

Pasan horas, apenas había empezado el día cuando fueron a la feria, y en la madrugada, todos buscan aún a Jimmy que no aparece por ninguna parte, Amy grita por él, y es interrumpida por Lidia que fastidiada, enojada y preocupada grita:

  • Es un niño mudo por Dios, búscalo!!!

Lidia cae al piso llorando por su niño perdido, mientras Javier busca con las piernas y brazos cansados, dando más de lo que su cuerpo puede dar, quitando, alzando y moviendo piezas de metal por toda la feria buscando a Jimmy, y en una tienda de campaña, finalmente lo encuentran. Lidia escucha el grito de Javier, que clama el nombre de su hijo, por lo que corre a él, pero se topa con una escena traumatizante para ella, Jimmy está muerto, tiene grandes y profundas mordidas por todo el cuerpo que terminaron por arrancar dos extremidades y dejando colgar otra más.

Los días pasan y la casa Rosales no vuelve a ser la misma, la colorida calle de MAFORM Ville terminó siendo de las más oscuras, Javier y Lidia deciden mudarse, y sin dormir por varias noches empacan todo, Lidia llora en cama intentando dormir, mientras que Javier empaca todas sus cosas del estudio. Al cerrar la última caja, toma las figuras de su trabajo terminado, las figuras de los pequeños Rosales que fueron pintadas por él y Jimmy antes de morir, entre lágrimas logra ver por la ventana manchas coloridas en la oscura noche, logra ver sombras entre la noche.

El señor Armstrong llega más alegre y erguido a casa, con un sombrero redondo, de color morado con una tira negra, lo que hace saltar de su asiento a Javier, que sale de casa furioso, y sin importar la lluvia que le empapa, toca la puerta del señor Armstrong violentamente, tras no conseguir respuesta por varios minutos, Javier tira la puerta y encuentra a Gillmore Armstrong sentado en su patio trasero, recargando la cara en la cerca, muerto. Cuando repentinamente desde la casa trasera suena la misma balada de cada noche, ahora más clara que nunca.

Falsedad y Avaricia (2)

Me encanta contar estas historias dejándolas en suspenso, pero proseguiré.

Tobías se dirige a la casa de los difuntos padres de Lo’d, que mira el camino como esperando ver algo, Tobías conduce con gran nerviosismo, moviendo los ojos cada segundo por toda la carretera, y es ahí cuando ve a la misma figura del ático, la misma estirada y tenebrosa figura, que ahora estaba en la carretera alzando el brazo con el pulgar arriba, pidiendo que le llevarán, Tobías oculta su miedo, y sigue conduciendo, cuando por el rabillo de su ojo mira el retrovisor, donde ve a la misma figura sentada detrás de él, asomando la cara, casi a la par de la de él, Tobías voltea repentinamente y no logra ver nada, para unos segundos en la carretera para vomitar, pues está muy nervioso, mira a Lo’d dentro, mira hacia el campo y luego hacia el cielo, cómo implorando que esto valga la pena, antes de subir al auto, Tobías escucha el crujir de las milpas que rodeaban toda la carretera, muchos crujidos en diferentes partes del campo, que cada vez se acercaban más, Tobías corrió al auto y al subir todos los ruidos cesaron, pero de entre las milpas, vio una figura estirada de sombrero largo, que se arrastraba cómo serpiente por la tierra del campo, paralizado, Tobías que mantiene la mirada en la espantosa figura, trata de encontrar la llave para encender de nuevo el auto, la figura desaparece poco a poco entre la oscuridad, por lo que Tobías puede avanzar con más tranquilidad, mientras Lo´d lo mira preocupado, pensando en que no quiere que su amigo imaginario dañe a su tío.

Al llegar al viejo hogar de Lo’d, Tobias está vez asigna una habitación para ambos y siendo ya casi de madrugada deciden ir a dormir, Tobías no logra conciliar el sueño y se queda viendo el techo por varias horas hasta que sin darse cuenta, duerme.

Lo’d sueña con la habitación de la casa anterior, donde el hombre colgado ahora habla con él, y descubre que cada monstruo en la habitación era un antiguo residente de esa casa en MAFORM Ville, la bestia de debajo de la cama era un leñador de gran altura y corpulencia que fue asesinado en el bosque, por lo que cuentan fue una gran serpiente, pero está tenía brazos y un sombrero de copa, los amigos del leñador que le acompañaban fueron enviados a un manicomio cercano, y al ser transferidos, desaparecieron dentro del bosque, donde se piensa, fueron asesinados por la misma criatura.

El hombre del armario era el único residente de color dentro de MAFORM Ville que vivió ahí, en esa misma casa, hace muchos años, y cuando niños de pequeña edad empezaron a desaparecer, él quiso ayudar, contactando a una doctora citadina que visitaba a un niño que decía haber visto lo ocurrido, pero fue culpado por las desapariciones, y condenado por los residentes a ser quemado vivo en el centro del pueblo, él era inocente.

El hombre colgado en la ventana, era un juez respetado de MAFORM Ville, que sabía todo lo ocurrido en el pueblo, sabía de la inocencia del hombre de color, conocía a la bestia que mató al leñador, pero aun así, no hizo nada, pues se creía estaba influenciado por la misma criatura que recorre las alcantarillas de MAFORM Ville, el juez ignoro varias peticiones de búsqueda, ignoro varios infanticidios, pero tras derrocar al corrupto gobernante de la villa, el juez fue ahorcado por los residentes en esa casa, donde vivía uno de los niños que murió a causa de la supuesta criatura que el juez defendía.

  • Porque me dicen eso?

Pregunta Lo’d muy asustado, entré sueños.

A lo que él ahorcado responde:

  • Tú, serás el próximo en ocupar un puesto en esta habitación, dónde tu tío pasará toda su vida hasta morir… justo en el patio trasero.

Mientras tanto, Tobías también tenía una pesadilla, en la que caminaba por una calle, en la que creció, y en la que a través de un muro, conoció a la mujer que pensaba era la mujer de sus sueños, hasta que un día, desapareció.

Tobías sueña que camina por su vieja casa, explora las habitaciones que le muestran diferentes etapas de su vida, al cerrar y abrir una puerta, la escena cambia, y en una de ellas ve la foto que estaba perdida, Tobías y su difunta hermana, madre de Lo’d, quién había prometido a Tobías, volver para escribir un libro juntos, pues la vida de campo no le sentaba del todo bien a la madre de Lo’d, Tobías se entristece, y al darse cuenta, la casa está totalmente oscura, solo se logra ver una luz blanca que proviene del patio hacia el piso de abajo, Tobías baja lentamente, y en las escaleras escucha un siseo de serpiente que le provoca un escalofrío que recorre todo su cuerpo, voltea a ver toda la casa, pero apenas se logra ver algo, solo logra distinguir una sombra que se arrastra por toda la casa, cuando repentinamente siente en sus pies desniveles en el escalón, como si estuviera pisando una superficie rocosa, al bajar el último escalón, Tobías siente que ha pisado pasto mojado, y al voltear hacia los escalones, no están, hay más luz ahora, todo es más claro, logra ver un terreno muy grande lleno de altos y coloridos pinos verdes, la luz aún se logra distinguir muy dentro del bosque, Tobías camina hacia está, y escucha una voz, no se logra distinguir lo que dice, pero Tobías parece entender cada palabra que lo incita a seguir caminando hacia la luz, logra ver un pozo a la lejos, muchos pinos le rodean, y arrastrándose entre estos, está la criatura mitad serpiente acercándose poco a poco a Tobías, cuando es repentinamente despertado por Lo’d, quién estaba muy asustado:

  • No puedo dormir, tío Tob.

Dice Lo’d muy angustiado mirando a todos lados, con las manos apretando sus hombros, Tobías le responde muy despierto ya:

  • No te preocupes amigo, yo tampoco puedo dormir, quieres bajar a ver la televisión?

A lo que Lo’d responde levantándose de la cama y poniéndose sus sandalias rápidamente.

  • Supongo que si quiere.

Bromea Tobías a sí mismo, y al sentarse sobre la cama siente un gran golpe en la espalda que lo hace erguirse y gritar de dolor.

  • Ha Diablos… Tranquilo Tob, creo que te levantaste muy rápido.

Se dice a sí mismo antes de relajarse para poder ponerse sus sandalias, el baja lo más normal posible a la cocina para preparar el desayuno, cuando por el rabillo de su ojo logra ver que el cuadro que perdió estaba justo a su lado, Tobías la toma y pregunta a Lo’d:

  • Hey amigo, de dónde sacaste esto?
  • Nunca la había visto, son tú y mamá?

Dice Lo’d, Tobías está muy confundido, pero aun así logra notar que Lo’d le está hablando con más normalidad, y se felicita a sí mismo por haber tomado la decisión de ir ahí.

Tras un largo desayuno y un rato de ver televisión, Lo’d pregunta a Tobías:

  • Tío Tob, Podemos ver el taller de papá?
  • Hem, claro, dónde está?

Contesta Tobías un poco preocupado, pues no sabe exactamente qué pensar de la nueva actitud de Lo’d, que le comenta:

  • Se encuentra en el pueblo, frente a una tienda pequeña, tal vez encuentre a mi mejor amigo Matt.
  • Ha claro, subamos al auto, y dime hacia dónde.

Dice más alegre Tobías, pues solo busca ver rostros familiares.

Al llegar al pueblo, todos miran el auto de Tobías, pues no están acostumbrados a ver esos modelos, Tobías no es nada modesto, por lo que presume a algunos residentes su auto, mientras Lo’d busca a Matt en la tienda que visitaban juntos, pues sus padres se encontraban ahí a menudo, el padre de Matt cosechaba la gran mayoría de los productos que se vendían en las diferentes tiendas del pueblo, y el padre de Lo’d reparaba todos los instrumentos de pueblo que traían de la ciudad. Lo’d logra encontrar a su amigo Matt con quién habla brevemente:

  • Matt! Amigo! Hace mucho no te veía!
  • Hey amigo! Lo mismo digo!

Dice Matt emocionado de volver a ver a su gran amigo, y mientras el padre de Matt habla con el dueño, ellos se sientan en la banqueta frente a la tienda a hablar:

  • Lamento lo que pasó, amigo.

Dice Matt un poco dudoso de decir algo respecto al tema.

  • Ha no importa, supongo que nos va igual de mal a todos.
  • Hee… supongo.
  • Digo, tú también has pasado malos ratos, cierto Matt?
  • La verdad es una buena época, amigo, mi padre vendé bien y mi madre es feliz, acaban de arreglar mi matrimonio para dentro de unos años, y debo decir, que es una chica realmente hermosa.
  • Ha si?
  • No todas ni toda la vida es así, amigo, un día serás alguien muy importante, tal vez tu lugar no es aquí, tal vez es en la ciudad, brillando como la gente culta que sale en televisión.
  • Tal vez, qué bueno que tu vida vaya tan bien Matt, ya tienes todo arreglado, fue un gusto verte.
  • Ya te vas??

Cuestiona Matt un poco confundido, mientras estrecha la mano de su joven amigo que se va agachando la mirada, aproximándose con su tío que recién terminaba de presumir su vehículo. Tobías logra notar la tristeza de Lo’d, y pregunta:

  • Que pasa campeón? No encontraste a tu amigo? Debe haber una cabina telefónica o algo, por aquí.
  • No, gracias, Podemos irnos?

Dice triste Lo´d.

Más tarde, Tobías conduce tratando de olvidar todo lo que ha pasado en estos días, toma su teléfono y pregunta a Lo’d:

  • Tú también lo ves, cierto? El teléfono?
  • Hee, sí.

Contesta Lo’d un poco confundido, Tobías marca al hospital de donde recogió a Lo’d, confirmando en repetidas ocasiones a Lo’d que lo que hacía y veía, era real, tras unos minutos hablando con los doctores, ellos le preguntan un poco alterados:

  • Ha llevado de regreso al pueblo al chico?
  • He sí, me pareció buena idea que viera rostros conocidos, que pasa?

Dice Tobías preocupado mientras mira de reojo a Lo’d, pues sigue conduciendo, Lo’d nota que la cara de su tío cambia poco a poco, tornándose más pálida, abriendo los ojos con más agresividad al hablar, los doctores le comentan:

  • El chico necesita una nueva vida, este tipo de personas no dejan su pasado atrás, deben olvidarlo señor Franco… Algo que estaba logrando aquí en el hospital.
  • Que?? No no no, este niño es ahora mi responsabilidad y hasta que ustedes no tengan una buena razón para quitármelo, él estará conmigo.
  • Cálmese, nadie dijo nada respecto a ese tema señor Franco.
  • No me importa, saben que, el chico ahora es mi responsabilidad, ya tengo todas las medicinas, los cuidados y un buen lugar para vivir, lamento haber llamado, adiós.

Tobías cuelga violentamente, y no se percata cuando un extraño animal sale de entre las milpas, provocando que Tobías derrape y caiga en un bache que hace que el vehículo se volteé en la carretera.

Tras unos minutos Tobías recupera la conciencia y mira hacia todos lados, está tan aturdido por el golpe que apenas puede ver con claridad, está en una camilla en una ambulancia, y en cuanto recupera tan solo un poco el sentido, se levanta muy adolorido preguntando y gritando por Lo’d, los paramédicos tratan de calmarlo y le comentan que él fue llevado en una ambulancia diferente, tan solo unos minutos antes de que pudieran sacar a Tobías de ahí, pues su pierna estaba atorada en la parte inferior del tablero del auto, Tobías inmediatamente exige estar en el mismo cuarto que Lo’d, los paramédicos acceden para calmarlo y finalmente llevarlo al hospital.

Al anochecer Tobías fue sedado, y está soñando nuevamente con el pozo entre grandes pinos que son recorridos por la bestia mitad serpiente, Tobías no logra hablar en sueños, por lo que decide aproximarse al pozo, pero es alejado bruscamente por la bestia, que lo tumba al piso y que se torna cada vez más alta, su cola se torna más delgada y se separa para convertirse en un par de piernas muy delgadas y huesudas, la bestia se acerca cada vez más a la cara de Tobías, y logra ver su rostro, una cara blanca, de gran sonrisa y patillas hasta la mitad de la cara, un sombrero de copa negro y espinas en todo el cuerpo, la bestia se aleja rápidamente de Tobías, y mientras cruje, torna sus piernas en un palo que se estaca al suelo, agacha la cara que es cubierta por su sombrero y su ropa poco a poco queda colgando, como si estuviera tendida en dicho palo, la ropa repentinamente tiene hilo en las aberturas, Tobías con gran valor se acerca y le quita el sombrero a la bestia, que ahora tiene un costal con una cara sonriente cubriéndole la cara, las ropas se llenan poco a poco con arena, y finalmente alejándose de la escena tan solo unos pasos, Tobías aprecia al espantapájaros que Lo’d dibujó cuando sus padres fueron asesinados. Tobías es arrojado por «algo» al borde del pozo, para poder asomarse, y dentro logra ver a muchos niños, conservando sólo sus pieles, como si fueran costales amontonados en un agujero, Tobías abrumado por la escena cae de espaldas al pasto tras de él, y tomando valor, con lágrimas en los ojos, logra asomar la cara al pozo, donde logra ver a una niña pequeña, que al mirarla con detalle, reconoce sus ojos, pues eran los que él miraba tras la pared de su patio, la niña que pensaba era el amor de su vida, y a su lado un hombre mayor con mandíbulas extrañamente cuadradas, Tobías es tomado de los hombros repentinamente por el espantapájaros, que en la cara le grita:

  • Lloyd!!!

Tobías despierta en el hospital con un ataque cardíaco que su pesadilla provocó, los médicos acuden a su ayuda con rapidez, y tras casi una hora, logran salvar a Tobías, que se queda postrado en la cama del hospital por varios meses.

Lo’d es llevado al hospital psiquiátrico después de ser curado por el choque en el auto, y tras un tiempo, es dado de alta y declarado sano, Lo’d ahora puede decir su nombre y ha olvidado casi por completo todo lo sucedido, parece un hombre sano, pero mientras él sale, su tío Tobías es llevado al mismo hospital psiquiátrico, ambos se encuentran justo en la entrada y aunque ambos han olvidado la existencia del otro, al cruzar la mirada, logran plantar algo sobre el otro, algo que les dice «Cuídate».

Tobías delira sobre una presencia en MAFORM Ville que mata niños, que asesinó a la niña que amaba y que uso a Lo’d para enloquecerlo a él y asesinar a sus padres, pobre Tobías, si tan solo supiera que tiene razón. Ahora dicha presencia ronda entre los prados del campo, y tal parece que ha encontrado a nueva presa en una pequeña granja, él tiene muchos nombres, todos dados por sus víctimas.

Tras muchos años, Tobías es dado de alta del psiquiátrico, ahora es un anciano que vive en una olvidada casa dentro de MAFORM Ville, y aún con las coloridas casas que le rodean, Tobías se torna un oscuro anciano que se sienta en su patio a escuchar una vieja balada que le dedicaba a su amada cuando niños, y en ese mismo patio, escuchando la misma canción, Tobías recargando la cara en la pared, espera escucharla una última vez, pero ahí, él murió.

Créditos de

«Miseria y Muerte»

Historia Por | Einar Santana Jiménez

Idea y Mérito De | Andrea González Reyes

Narrada Por | Mr. SuckFeet’s

«Falsedad y Avaricia»

Historia e idea de | Einar Santana Jiménez

Narrada por | Mr. SuckFeet’s

«Odio y Rencor»

Historia e idea de | Einar Santana Jiménez

Narrada por | Mr. SuckFeet’s

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS