Love Through Time

Love Through Time

Lucy

29/05/2021

Todo comenzó en la noche del nacimiento de la hija del Faraón, una noche con más importancia de lo que creían…

Luego del nacimiento de la princesa, la oráculo tuvo una visión, aquella niña fue elegida por los dioses para proteger el mundo de aquellas fuerzas llamada Oscuridad, pero no será un camino fácil de recorrer, y su vida jamás será de ella, si no de los dioses, para lo que fue destinada, pero nunca esperaron, que su corazón fuese más fuerte que el poder divino…

Después de aquella visión, la vida de esta niña no seria normal, en ningún momento, su presente y su futuro no seria decidido por ella, si no, decidido por alguien más, pero… ¿Por cuanto tiempo esperan, que ella los deje decidir su vida entera?

Varios siglos después

-Ven, a mira esto Nashira, ¡es importante!- Gritó la chica con preocupación en su vos

-¿Que ocurre?- Respondió con calma

-Mira las noticias- -¿Crees… que… ya empezó?- Pregunta con ansiedad y miedo

-Mira Celeste, se como te debes sentir, pero ellos nos dirán cuando empezara, ahora concentrare en tu entrenamiento, y en prepararte- Le dijo, con un tono dulce y gentil, para tratar de tranquilizarla

-De acuerdo- Respondió, respirando lentamente

-Bien, vamos, debemos entrenar- Respondía mientras caminaba emocionada hacia el gimnasio

-Si- Dice celeste con un tono intranquilo

luego de hablar siguieron con su entrenamiento.

A los días siguiente no fueron distintos, entrenar, estudiar, ver las noticias y volver a repetir todo, todos los días, y aún que ella estuviera cansada de esto era así como debía vivir y seguirá siéndolo hasta que se le ordene hacer otra cosa, pero a pesar de todo ella tenía un pequeño secreto, durante las noches se escabullía, de su cuarto para ir a ver las estrellas, se acostaba en el patio, y buscaba las constelaciones en el cielo, pero en general había una qué la dejaba deslumbrada, la constelación de Andrómeda, una de las constelaciones más grandes, y una de las pocas que son femeninas, la cual llevaba como marca de nacimiento en su antebrazo derecho lo que siempre le hacia pensar en la historia o los mitos de Andrómeda, eran fascinantes para ella, pero le era difícil creer que algo tan hermoso nace de una historia no tan linda, pero aún así, Andrómeda encontró el amor, y ella quien no tenía ni vida ni futuro, era lo que más deseaba, encontrar ha alguien que la complementara, solo que se había rendido en la búsqueda de algo inútil como eso, solo que no es inútil querer que alguien te ame y poder amar…

Desde ese entonces las cosas no fueron cambiando, cumplió los 17años y las cosas seguían siendo igual, pero algo sucedió el día de su decimo séptimo cumpleaños, solo que nunca espero que las cosas cambiaran tan rápido o tan abruptamente.

-Celeste, ¡ven!- Gritó emocionada

-¿Que ocurre?- Responde, acudiendo al llamado

-¡Feliz Cumpleaños!- Dijo sorprendiendo a celeste, mientras le entregaba su regalo

-Hay, Nash no tenias porque preocuparte y no era necesario, pero gracias por el regalo- Decía la joven sorprendida

-Pues claro que era necesario, es tu cumpleaños- Le dijo con un tono dulce mientras la abrazaba
A lo que ella respondió -Sabes, he tenido muchos cumpleaños y tendré muchos más, aun así nos mudemos todo será lo mismo, lo sabes bien-

Esas palabras lograron borrar la sonrisa de Nashira en un solo segundo, pero después de pensarlo un poco se dio cuanta de algo

-Bien, tienes razón, pero dime una cosa, ¿realmente sientes eso? O solo es la ¿incertidumbre?, no olvides que lo veo todo, y he visto algo preocupante…-

Antes de que pudiera terminar de hablar celeste decidió tomar la palabra -Sabia que había algo detrás de todo esto, si lo has visto quiere decir que sabes como me siento ahora ¿Verdad?- dialogaba la chica mientras tomaba asiento

A lo que Nash responde con total sinceridad -Sí…- dice dando una pequeña pausa mientas se acercaba a Celeste, puso su mano en el rostro de ella dando un toque delicado, -Pero también se que no es fácil, lo se, por que he sido yo quien a estado a tu lado desde aquel día, y siendo sincera yo me siento igual que tu en estos momentos, pero nos tenemos la una a la otra y con eso me basta ¿Y a ti?- terminaba de hablar mirando a los ojos a aquella joven a quien había visto crecer, madurar y convertirse en quien debía ser, estaba muy orgullosa de ella y no podía evitar pensar en que no era su hija, pero aún así la amaba como una.

Mientras Nashira se sumergía en sus pensamientos, celeste decide darle una respuesta a sus preguntas -No es la incertidumbre, si no que es lo contrario, siempre se que sucederá y nunca hago algo distinto, y respecto a esto, sabes que me basta y sobra estando a tu lado, porqué gracias a ti mi vida ha sido muy buena y normal, bueno dentro de lo que conocemos como normal- terminaba de hablar con una gran sonrisa en su rostro

-Eres una verdadera luz Celeste- le respondió mientras se le caía una lágrima de su ojo derecho, secándose la cara decide agregar -¿ Y si salimos a comer?

A lo que Celeste emocionada responde -Claro, celebremos por mi cumpleaños-

-Pero… Creí que te daba igual-

-No, no es eso, pero tienes razón hoy es un día especial y aun más contigo-

-Entonces, decidido una cena de cumpleaños, ¡Vamos!- Celebró aferrándose al brazo de Celeste

-Jaja, si, vamos-

-¿A donde deberíamos ir?-

-No lo se, pero que tal si vamos a Sweet Dreams, ya que es tu cumpleaños, ¿Qué dices?-

-Sí, suena bien- Decía mientras caminaba

-Hey, Celeste deja deja de jugar en la calle, vas a tropezar con alguien- Le decía tratando de evitar que ella chocara y se cayera

-Sí, no pasa nada todo esta bien, lo jur…- en ese momento Celeste tropezó con una persona que iba caminando por la calle

Cuando Celeste pudo reaccionar, ya estaba en el suelo sobre una persona totalmente desconocida, cuando logro entender lo que sucedía intento levantarse lo más rápido posible del suelo y cuando lo logró, intentó ayudarle a aquella persona, le tardo un poco volveré a su sentidos y al darse cuenta de lo sucedido, y ella quiso disculparse

-Lo siento tanto, a veces soy muy distraída y un poco torpe, la mentó tanto esto no suelo ser así, no voy tropezando con personas por la calle- Le decía Celeste con un tono de nerviosismo al desconocido

-Ha ha, no pasa nada, tampoco es algo grave, es solo un tropiezo, nos pasa a todos- Le respondió con una linda sonrisa aquel desconocido – ¿y eres solo una chica que va por la calle tropezando con las perdonas? O ¿tienes nombre? agrego el chico

-Ha, disculpa mis malos modales, me llamo Celeste y ella es mi madre Nashira- Le decía mientras intentaba de contener su risa interna

-Esta bien, enserio no pasa nada, es un placer Celeste, yo soy Eric- responde el chico con un tono dulce

-Es un placer Eric- contestó Celeste

-Perdón por mi curiosidad, pero escuche que hoy es tu cumple años, ¿Verdad?- pregunto con dulzura el joven

-Sí, hoy cumple 17- Respondió Nashira

-Genial, feliz cumpleaños- le dijo a Celeste

-Bueno, adiós, fue lindo conocerlas, pero debo irme-

– Si, esta bien, nosotras igual, adiós-

Como si fuera un encantamiento Celeste había quedado totalmente fascinada con aquel desconocido, Nashira sin terminar de comprender la situación observaba a Celeste que parecía estar en un mundo paralelo, en ese momento decidió preguntarle -El es quien posee la otra mitad, ¿verdad?-
-Si- Respondió Celeste con seriedad -Claro que es el, puedo sentir el poder de tu alma emanando de su aura- Le dice Nashira -Si, yo igual puedo sentir ese magnetismo llevándome hacia el- Decía Celeste caminando a hacia su destino, aunque podía sentir esa fuerza llevándola con el, no era posible, por que no sabía si el saldría lastimado otra ves, pero lo único que sabe de el es, que no era la primera ves que lo veía y que la vida siempre le juega una mala broma, pero esta ves ella se aseguraría de que no se volviera a repetir lo de Francia ni ninguna de las demás ocasiones por que ella esta ves escucharía y obedecería como se le ordenó por el bien de Eric.

Los siguientes días del verano trascurrieron con normalidad, sólo que donde fuera que Celeste iba se cruzaba con el, en el supermercado, cundo salía a caminar, etc, pero la noche que definió todo fue la del eclipse lunar, ella había decidido salir de la casa para ir al bosque a ver el eclipse lunar, pero en su camino al bosque, paso que se cruzaron, resultaba se que el tenía planeado hacer lo mismo, al verla se acerco a saludarla -Hola- Dijo amablemente el chico,-Ha, si, hola- Respondió vagamente Celeste y siguió su camino, -Oye, espera, ¿vas al bosque?, yo igual, para ver el eclipse, tu también ¿verdad?- dijo el joven entusiasmado, sin decir nada ni verlo a los ojos ella asintió con la cabeza -Genial vamos juntos, no te molesta ¿verdad?- le preguntó con una sonrisa, involuntariamente negó con la cabeza, entonces el la acompaño al observatorio, así se le llamaba al punto donde se podía observar mejor las estrellas en el bosque.

Aunque ella pensara en estar sola, el estar cerca de él, la hacia sentir cómoda, ya que era su destinó, pero a la vez una maldición, el estar juntos y aunque lo intentaba el no dejaba de llegar a su cabeza, ya sean versionadas pasadas de él, para ella siempre era el mismo, un chico de ojos verde jade, cabello castaño claro, una tes blanca y delicada, un metro setenta y ocho de alto, con un buen sentido de la moda, le gusta la astrología, el arte, la biología y las ciencias exactas, le encantaban las cosas dulces, pero lo que hizo que se enamoraran por primera vez fue que el le hablo de las estrella y lo que sentía al verlas, que ellas contaban historias que los oídos humanos jamás escucharía, pero que si podían ver, desde ese entonces Celeste al ver las estrella solo podía pensar en él y en su gran sueño de estrellas, por que sabía que aun siendo un siglo diferente su sentimientos nunca cambiarían ya sea en la edad media o en renacimiento, en la edad medieval o la revolución francesa, el siempre era el mismo chico, dulce, amable, confiable, honorable, dedicado, soñador, era y es el tipo de chico que todas las chicas quieren en sus vidas.

Pero aun que ella deseara eso, no podía amar, a él ni a nadie, según lo dioses el amor mortal solo era una distracción y una complicación, pero una diosa había decidido por su cuenta que le daría la oportunidad de encontrar el amor, la diosa Sejmet o más conocida como «La terrible» o «La invencible» por su poder, ella pensaba que el amor era algo mágico que no le ocurría a cualquier mortal o semidiós que debía ser respetado y valorado como un poder divino más y que Celeste tenia tanto derecho como ellos de amar, pero el resto de los dioses no pensaban igual, decían que la misión de Celeste era más grande e importante que el amor, entonces Sejmet desobedeciendo las ordenes de Isis, Horus, Anubis y los otros dioses, bendijo a Celeste uniendo su alma a otro mortal, dividiendo en dos su alma y luego volviendo a unirlas, pero esta ves uno tenia la mitad del otro, pero los dioses asegurándose de que esto no arruinara lo planeado decidieron poner las manos en obra, ya quera una poderosa diosa quien la bendijo a Celeste era irreversible lo ya echo por Sejmet, pero podían intentar combatir ese poder, entonces también maldijeron a Celeste, ella esta destinada a encontrarse con aquella persona con quien comparte su alma y están destinados a amarse eternamente, pero su maldición actúas de una forma diferente, mientras más tiempo comparta con el, es el riego de que le ocurra algo, es mayor, como en Egipto que con tan solo 20 años de edad la décima plaga mato a Kafele, pero no a la princesa, desde entonces Celeste y Nashira se han mudado y vivido en muchas partes del mundo, por que siendo la primogénita del faraón Ramsés II debía de morir, pero eso no ocurrió gracias a Isis que la protegió bajo su manto, después de la décima plaga fingieron la muerte de la princesa y el faraón accedió a liberar al pueblo israelita por la supuesta perdida de su hija, y desde aquel momento Celeste a vivido eternamente como una semidiós egipcio, ha vivido durante eras y ha visto muchas cosas a lo largo de su existencia, la mayor parte lo a vivido intentando ir en contra de los dioses y sus deseos, tratando de poder elegir su destino, aun que siempre hay algo que acaba mal, por esas razones ella había decidido que esta ves aceptaría lo que se le ordeno, salvar al mundo de la Oscuridad, tal vez hallan pasado años en batallas con esta Oscuridad, pero la guerra aun no termina y por eso debía proteger a Eric.

Después de un rato de ver y hablar sobre las estrellas, las constelaciones, los planetas, el por que el se mudo a ese lugar o el porque ella lo hizo, solo se quedaron mirando el cielo nocturno durante dos horas sin decir ni una palabra, de repente Celeste cedió cuenta de que ya era tiempo de que volviera a su casa, pero ella no quería que ese momento terminara, quería que fuera eterno y durara más, pero aun así su sentido de la lógica no perdió esta vez y decidió marcharse -Bueno, yo ya me tengo que ir- Dijo levantándose del césped

-Hey, espera, no te vallas aun, quédate por favor- Le respondió el chico tomándola de la mano rápidamente, y en esa fracción de segundo ella pudo sentir como si navegara en un mar de emociones, sin responder lo miro fijamente a los ojos por unos segundos, cuándo pudo recuperar sus sentidos soltó su mamo y le dijo -No, lo siento, mi madre se enojara si se da cuenta de que no estoy en casa-

-Esta bien, pero déjame acompañarte a tu casa- Le dijo con un tono decidido mientras se levantándose del suelo

-De acuerdo- respondió la chica sin quejarse.

Mientras caminaban de vuelta no hablaron mucho, solo caminaban mirando hacia delante, cuando llegaron Celeste se despidió y se apuro a entrar, pero el la detuvo agarrando su mano y mirándola fijamente -Mira, el verano casi termina y las clases ya casi comienzan, pero…- Por un momento el dudó en hablar, aún así se animo a terminar su oración -¿Te gustaría que pasemos juntos los últimos días del verano?, ya que nos llevamos bien- al terminar de hablar Celeste le respondió – No, lo siento, no puedo estoy muy ocupada- dijo vagamente mientras le soltaba la mano
-Bueno, esta bien no pasa nada, solo espero verte antes de que empiecen las clases- Le respondió el chico sutilmente, Celeste se despidió sin decir nada más, al cerrar la puerta ella se apoyo contra esta dando un suspiro, vio a Nashira sentada en el sofá del living , hay fue donde se dio cuenta que ella sabía todo, entonces fue a sentarse al living frente a ella y antes de que pudiera hablar, Nash tomo la palabra -¿Porqué?- Le preguntó sin titubear, Celeste sin responder solo la miro hasta que supo que decir -No es lo que crees- dijo un poco nerviosa, aun que no entendía mucho a lo que se refería con esa pregunta, pero igual quiso explicar el por que no se encontraba en su cuarto -Mira… yo… solo salí a ver las estrellas y perdí la noción del tiempo, perdón, no volverá a suceder, lo prometo- Agrego la joven, Nashira sin decir nada se levantó y se acerco a la chica, arrodillándose en el suelo mirándola fijamente y le dijo -Confió plenamente en ti y lo sabes pero estando tan cerca de la profecía debes ser más cuidadosa, el poder de tu maldición se incrementa cada día más y no solo estas en riesgo tu si no Eric igual, así que por favor ten cuidado- Dijo con voz preocupada, en ese momento Celeste la abrazo y le dijo -Esta bien, no tienes por que preocuparte, seré cuidadosa desde ahora, lo prometo- aun que deseaba cumplir la promesa sabía que le costaría, por que Eric era aun más insistente que Alexis en Francia.

Los días siguientes fueron extraños, porque el siempre la invitaba a que pasaran tiempo juntos, pero ella le respondía que no podía o le ponía excusas, aunque él constantemente tenia una solución, gracias a sus mejor amigos podía huir con facilidad de algunas ocasiones, mayormente gracias a Tara quien era como una hermana y lo sabía todo, así era más fácil de evitar a Eric, hasta que llegaron los últimos días de verano y por esta razón, se hacia una fiesta en la playa para despedir al verano, generalmente Celeste no asistía a esta clase de eventos, pero debía evitar a Eric, así que este año había decidió ir con su amiga para distraerse un poco, lo que no esperaba es que el estuviera en esa fiesta lo cual le sorprendió un poco, tratando de evitar al chico se tropezó con Adam, el chico más popular de la escuela, haciendo que el tirase la bebida sobre ella, se disculpó con el e intento seguir su camino, después de eso busco a Tara para irse de la fiesta pera marcharse con el pretexto de querer ir a su casa a asearse, pero no la encontró y no quería arriesgarse a cruzarse con Eric, así que se fue caminando, después de haber caminado durante una hora y media recibió una llamada de Tara

-¿Hola?- Dijo Celeste mientras seguía caminando

-Hola, amiga lo siento, no quise dejarte sola ¿Porqué te fuiste?- preguntó Tara con intriga

-Por que Eric estaba hay, y Adam me volcó su bebida encima de mi- Respondió exhausta

-Que mal, no es lindo que te tiren con algo encima, pero ¿ porqué estas ansiosa?- dijo tratando de insinuar algo

-Tara, no busques algo donde no lo hay-

-Ok, relajante un poco, solo que es muy raro que evites a un chico que apenas conoces y que tal ves este interesado en ti, ya se lo que ocurre pero deberías dejarle las cosas claras y no darle tantas vueltas, y mira que seas una semi dios no te hace menos humana, ¿lo sabes no?-

-Yo también te quiero Tara, adiós-

-Adiós amiga nos vemos en clases y piensa en lo que te dije ¿si?-

-Si, como sea- respondió con desinterés, pero lo que le había dicho era cierto, «el ser una persona que no muere nunca no me hace me nos humana ¿Verdad?» pensaba Celeste en su camino a casa tratando de ponerle un fin a lo que su amiga empezó.

Al día siguiente era el primer día de clases, Tara había quedado con ella en pasar a recogerla, pero decidieron ir caminando por separado porque Tara antes debía ir a otro lugar, por esa razón quedaron en encontrarse bajo el árbol de la plaza cerca de la escuela, en su camino hacia ese lugar Celeste se encontró con Eric, que cuando la vio se acercó a saludarla, aunque ella trato de fingir que no lo vio, pero era demasiado obvia y él decidió ir por su espalda así no lo vería llegar y le pregunto -¿Porque te escondes? acaso ¿tratas de evitar a alguien?- le dijo mientras sonreía, logrando asustar a la chica -No, nada de eso, solo espero a mi amiga, eso es todo- dijo sin darle mucha atención al joven

– Y ¿por qué no vinieron juntas?- 

-Ella debía dejar a su hermanita menor en la escuela, porque sus padres trabajaban temprano, Así que tuvo que llevarla ella, pero eso está del otro lado de nuestra escuela y quedamos de acuerdo en encontrarnos aquí-

-Y ¿ porque no vinimos juntos? Ya que vivo enfrente de tu casa-

– Porque hoy decidí caminar temprano, así que no hubiéramos coincidido, lo lamento, pero la próxima, tal vez-

-Sí, sería lindo poder acompañarte- le respondió con un tono carismático, aunque ella lo rechazara o lo apartara le era imposible no verlo, trataba de disimular, pero su deseo de estar con él, era mayor que el de alejarse, aunque se lo había prometido a Nash, tenía planeado cumplir con su palabra ya que era lo mejor para todos, la primer clase fue filosofía, durante la clase el profesor solo hablo ,pero Celeste no estaba concentrada, solo podía pensar en Eric ,su sonrisa, su pelo, pero en fin, él profesor, le llamo la atención, ya que la vio distraída, en las siguientes clases, no fue distinto. Ala hora del almuerzo, se cruzó con él chico que le tiro la bebida en la fiesta, cuándo él la vio, le dijo -A, eres tú, la chica de la fiesta, te fuiste tan de repente, que no me pude disculpar- Dijo con un tono avergonzado, a lo que ella responde -No pasa nada, yo fui la que tropezó con tiro, gusto como ahora- Respondió Celeste -Aunque sea déjame pagarte la lavandería o comprarte una blusa nueva- Dijo el chico apenado -Bueno, me tengo que ir- Dijo Celeste, tratando de apurarse -No, espera- Le dijo Adam – Mínimo ten mi número de teléfono, así te invito un helado- Le dijo el chico, para recompensar lo de la remera -No pasa nada, solo es una blusa- Respondió con un tono relajado, entonces ella de despidió y se marcho lo antes posible.

Al llegar ala mesa que compartían con su amiga, ella le preguntó de que tanto hablaban, -Solo quería invitarme un helado por lo de la blusa, ya sabes lo que ocurrió en la fiesta- Respondió Celeste – Solo eso- Dijo Tara con una mirada burlona e insinuativa de que sucedía algo más -Mira, no es lo que crees, fue solo un accidente- Le respondió Celeste -Si claro, pero cambiando de tema, ¿pensaste lo que te dije?- le preguntó -Mira se que tienes razón pero no es que no sienta que soy humana, es que es difícil decir «Soy humana» cuando eh vivido tantos años- Le respondió Celeste a su amiga
-Amiga, te lo digo por experiencia propia, ten las cosas claras con Eric, si no podrías confundirlo más, como ocurrió con migo hace unos años, ¡Ah! y sobre eso aun mi propuesta esta en pie por si cambias de opinión- decía la chica guiñándole un ojo
-Tara ya hablamos de esto, eres y siempre serás mi mejor amiga, y por otro lado soy hetero, sin ofender pero no eres mi tipo- Le dijo mientras se reía
-Lo se, pero si cambias de opinión, ya lo sabes, jaja- en ese momento paso Eric, al verla la saludo, pero ella fingió no verlo y cuándo su amiga estaba a punto de decirle algo respecto a lo sucedido se escuchó el sonido de la campana dándole un fin a la hora del almuerzo, sabiendo eso se despidieron y cada una se fue a su siguiente clase.

La siguiente clase de Celeste era Biología con la profesora Martín, cuando entro al salón se llevo una enorme sorpresa, se dio cuenta de que tenia de compañero de banco a Eric, quien la saludo al entrar al salón, cuando entro se dirigió al escritorio de la Sra Martín y hablo con ella para cambiarse de banco, a lo que respondió con un tono dulce y gentil -Lo siento, pero los lugares ya están todos asignados y siendo el primer día dudo que uno de tus compañeros desee cambiar de lugar con usted señorita Pierce, tal ves la próxima clase puedas intentarlo-
-Ok, entonces me iré a sentar- Dijo Celeste con un tono de frustración, después de un fallido intento por cambia de asiento, volvió a su lugar con poca energía, -Hey, hola extraña, ¿Cómo va tu primer día de Escuela?- Le pregunto el joven siendo carismático -Ha, hola, no te había visto- Le respondió tratando de disimular el echo que no quería ser su compañera de banco, -¿Enserio?, creí que me evitabas, ya que me ignoraste en el almuerzo y cuando entraste, ¿Qué te sucede?, estas muy extraña desde la noche del eclipse- Dijo, Celeste no sabía que podía responder, por que ella quería tenerlo lo más lejos posible porque no tenia otra opción más que apartarlo si deseaba que él estuviera bien, es lo que pensaba y deseaba, pero sus sentimientos eran distintos, -No es nada de eso, mira yo apenas te conozco y es que ha sido un día raro, es todo, pero no te lo tomes personal-, aun sabiendo que tenia que hacer, su corazón fue más fuerte y no quiso herirlo, -Entonces, ¿Porqué no nos conocemos más?, Sabes tengo una idea, empecemos de nuevo, ¿Qué te parece?- Le decía el chico con una sonriendo y una mirada dulce extendiendo su mano, a lo que Celeste no pudo resistirse, sonriendo levemente agarrando su mano y asintió con la cabeza, -De acuerdo- dijo celeste, soltado su mano después de acceder a la propuesta del joven, -Bien, entonces…- decía Eric dando una pequeña pausa -Hola, soy Eric Holloway, es un placer- cuando terminar de hablar extendiendo su mano nuevamente, al terminar de hablar ella no pudo contener una pequeña risa, a lo que la profesora reacciono -A los que estén hablando presten atención adelante, después del horario escolar podrán hablaran todo lo deseen con sus compañeros, pero por ahora concéntrense en la clase de biología- dijo sin darse la vuelta para ver quienes eran los que hablaban mientras seguía escribiendo en la pizarra, en ese momento Celeste miro a Eric con un gesto de complicidad, sujetando su mano le responde susurrando -Hola, soy Celeste Pierce, es un placer- decía a la ves que sonreía, la chica sabía que había abierto la caja de pandora al darle lugar a que existiera una amistad, pero ella ya eligió asumir las consecuencias de sus acciones, aun que eso significase perderlo.

Luego de la clase hubo una asamblea por el inicio de un nuevo año escolar y Eric siendo el nuevo llamaba mucho la atención, pero mayormente la de Sofía Miller, quien era la más popular de la escuela, porque su padre era director de una de las más prestigiosa firma de abogados en todo el país, y eso la hacia muy importante en la alta sociedad, pero no solo era famosa por su padre si no que por ella misma también, siendo el mejor promedio de la escuela con +A en todas sus calificaciones, era la líder del club de debate, fotografía, arte, también era la presidenta del comité estudiantil y hacia voluntariado para el refugio de animales que dirigía Nashira hace 3 años. Cuando él llamo su atención ella se acerco, al terminar de bajar los escalones quedo frente a frente del chico -Hola soy Sofía Miller- Dijo la chica extendiendo su mano -Hola, soy Eric Holloway, es un placer Sofía- siendo amable -No, todo el placer es mío, y… ¿De donde eres?- decía mientras lo miraba de arriba a bajo -Emmm, soy de Portland, Oregón y supongo que tu eres de aquí, ¿no?- -De hecho, no, soy de Washington D. C.- terminando de hablar lo agarra del brazo, diciendo -Ven, siéntate con migo y mis amigos- el chico sin negarse la siguió, pero cuando giro la cabeza para ver a Celeste la vio alejándose y volvió a mirar para el frente, pensando que tal ves ella no estaba interesada en el, cuando Celeste vio que Sofía se llevaba a Eric se sintió aliviada de no estar con el y se dirigió con su amiga, -Hey, ¿no venias con un chico alto?- le pregunta tara -Sí, solo que…, Bueno ya sabes como es Sofía, siempre lo nuevo y exclusivo, ah y su nombre es Eric- Respondió la joven sin prestarle mucha atención -Conque Eric ¿no?, ese es el chico del que te escondías ¿Verdad?- Dijo Tara con una mirada insinuativa -No, no es lo que crees, ya te lo conté, y sabes que por su propio bien tengo que estar lejos de él- cuando ella termino de hablar apareció el director para dar inicio a la asamblea.

La asamblea duro una hora y media en la que el director y otros profesores le daban la bienvenida a los nuevos alumnos de secundaria y para dar un comienzo adecuado al año escolar, anunciaron que habría un baile el fin de semana para festeja del mismo, y como todos los años Tara y Celeste irían juntas, luego de esto el director dio por termina la reunión y así llego el final del primer día de escuela., como le era habitual a las chicas caminaban juntas a casa, y como cada vez, se separaban a tres cuadras de la casa de Celeste -Cuando llegues a casa llámame, así podemos planar cundo salir de compras para el baile de este fin de semana- dijo Tara sonriendo, a lo que Celeste respondió -Claro, si este año no termina como el año pasado- mientras se reía su amiga le dio un golpecito en la cabeza -oye, lo que ocurrió fue un accidente nada más y tampoco fue mi culpa- decía la joven mientras ambas se reían, cuando acabaron de hablar cada una se dirigió a su casa, Celeste camino el trayecto que le faltaba para llegar a casa y una cuadra antes, había visto a Eric y Sofía hablando adelante de su casa, por lo que ella decide quedarse lejos para no interrumpir, al pasar quince minutos recibe una llamada de su amiga, para ver si ya tenia el permiso de ir al baile, cuando Celeste le conto lo que estaba sucediendo, se quedaron hablando por veinte minutos más, luego decidió cortar la llamada para poder ir a su casa, pero no fue un buen momento ya que ella había presenciado algo más de lo que esperaba ver…

Continuará…

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