¿Cómo puedo pedirte que te vayas si nunca te invité?
No hay manera de echarte porque yo soy la cerradura,
Vete, por favor, camina derecho por mi mente y sal por mis ojos,
Entiérrame debajo de la tierra seca,
Esa que no permite que nada nuevo florezca,
Déjame allí,
Entiérrame en un lugar recóndito de tu mente,
Para sólo aparecer en sueños.
Ponte ese tapado largo, y márchate,
Lastímame en manos de algo nuevo,
Porque sólo así podré enterrarte a ti,
Déjame solitaria y pensante,
Mi apariencia no será más que una sombra lúgubre,
Pero seré afortunadamente independiente.
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