Condescendiente pena.

Condescendiente pena que marca mi alma,

a la espera de tus palabras.

Mi corazón yace clavado al alba,

a la espera de tu mirada.

¡Oh…! alma en pena que vaga por los largos pasillos,

cómo cual condena.

Atrapado a lo ajeno,

se siente indiferente.

No percibe la cálida luz que el astro sol emana,

ni el gélido viento en invierno colarle hasta los huesos a mi cuerpo,

ni observa como el otoño desprende sus coloridas hojas secas muertas,

no percibe el claro de luna que entra por aquella abertura del alto techo.

¡Oh…! Condescendiente pena de amor,

que por ella vaga mi alma,

a la espera de tu llamada.

Perdiendo la cordura en el frio delirio del inframundo,

como vaivén de un oleaje ajetreado,

mi alma ronda los desolados pasillos,

de una casa abandonada,

cumpliendo su condena,

por su amor en pena.