La noche ha caído, y yo tirado en la arena

volví a sentir su silueta rozando mi ser

rodeado de las estrellas,

mientras suaves olas arrullan mi dormir

su espuma arropa mi piel,

somnoliento le susurré

“un abrázame el alma otra vez”

cuando el sol, lentamente me despertó

por un corto momento

en un futuro incierto me volví a perder,

aquel que me ve de lejos y tiene tatuado su nombre

aguardare por ti,

sin considerar lo incierto del camino,

mientras regreso a casa

escuchando canciones pequeñas,

mientras imagino un último roce de sus labios

pero lo único que imagino es  el inicio y final de este verso sin nombre

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