Cuando tomo una copa de trago
No paro
Ya que quiero otro vaso
Así es como el dolor mato.
Tengo miedo de extraviarte en el inmenso frenesí
A no faltarte el respeto
Estos días he de extrañarte porque si
E igual a un gato perdido, que te olvides de mí por completo.
Odio cuando el vaso se me termina
Ya que le pongo pausa a mi dolor
La luna me habla de forma mezquina
Y volver a llenar el vaso para este autor.
Solo y abandonado
Prefiero una resaca
A un corazón llorón, necio y trastornado
Ya que la sustancia me lo saca.
Soledad, soledad, soledad, soledad
Porque me hablas en el oído
Sin suma piedad
Un vodka es igual a una lanza en mi abdomen, ha yacido.
¿Por qué provocas aquella lujuria utópica en mí?
A algo inalcanzable
¿Por qué la vida es así?
Para reprimirme un mojito más cargado es lo más confiable
Ya que otro suertudo tiene la suerte de estar gritando a los súcubos e íncubos contigo
Y yo a la distancia taciturno en una esquina
Ruego que Dios o Lucifer que me lleve mi alma conmigo.
Seis balas, seis cuchillos, seis botellas
Yacen bajo tierra
La belleza de ella
Se ve contrastada con la oscuridad y felonía de mi mente en grieta.
Musa, musa, musa
Pienso en su figura, como Afrodita
Ya que quedo ciego ante su semblante
Piel blanca y sonrisa paralizante.
Solo ruego que el próximo vaso calme mi pena y dolor
Al fin y al cabo, un Jagermeister tiene buen olor.
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