Me niego a recordar el día que decidí saber de ti. Me retraigo de alargar la mano en el polvoriento baúl de mi mente, donde muy en el fondo, guardada en un sobre pálido y con moho, descansa la brillante sonrisa que me atrapó. Mi hipocampo cuenta que de tu boca salió y el traidor...
El lugar donde queda todo lo que olvido Las palabras que escribo en un papel vacío La reducción de daños cuando ni siquiera te miro Retazos de mi vida que dejo en un cajón vacío Sin lugar para recordar la frontera entre mi piel y tus manos Todavía recuerdo la última vez que nos vimos...
La tercera de cuatro composiciones hechas a partir de una separación definitiva. En esta publicación se busca la forma de dar cierre a una historia que duró mucho para ser algo que no tuvo un inicio como tal.
Alfonsina, anciana y frágil, se aferra a sus recuerdos mientras el Alzheimer borra su presente. Con el cariño de su enfermera, María, revive momentos de su vida a través de la poesía, mientras sus hijos, ocupados y distantes, la dejan sola. Una reflexión sobre el olvido, el amor familiar y el inexorable paso del tiempo.
Este poema lo escribí una noche helada muy pensativo abrí mi Word y empecé a escribir lo único q deseaba es que el público se identifique con un sentimiento que a todos nos ha llegado
Hacía tiempo que había aprendido a ignorar aquella molesta presión que durante gran parte de mi vida había sentido sobre mi pecho, pero ver al fantasma aquella tarde de invierno volvió imposible separar mi atención de ella nuevamente. Fue como encontrar algo que, de alguna forma y sin saberlo, había estado buscando hacía mucho tiempo.
Por el momento no ha llegado esa sinfonía aún, he tratado de buscarla en cada orchestra, por un momento creí haberla encontrado cuando estaba contigo, pero no, fue ahí cuando se desvaneció. Y a esa sinfonía, la llamé «equilibrio».