A veces los monstruos habitan en tu entorno, comen en tu mesa, duermen en tu casa, te saludan y te dan los buenos días. Muchas veces, te da de comer, y otras veces el monstruo se esconde en tu sombra...
Una historia lamentablemente más real que ficción. Un paso en mi proceso de desensibilización, ante una persona que optó por proteger el orgullo de su familia antes que aceptar la verdad; o tal vez su cerebro ya se encontraba demasiado demacrado como para aceptar la realidad. A mi parecer quien abandona a su familia es...
Es increíble que tengamos que soportar tanto daño para aprender de nosotros mismos, madurar y ser mejores. Es como si la clave secreta estuviera en nuestro dolor. ¡Gracias por enseñarme ese dolor, haciéndome mejorar y madurar exponencialmente! Aún extraño esas risas tuyas que eran sin sentido alguno...jaja...