Carlos estaba muerto, pero aún no lo sabía. Se levantó la mañana del once de marzo, a las siete horas y veinte minutos, dejando su cuerpo atrás sin verlo.
Serie de relatos encadenados por sus personajes, avanza como una moneda circulando por los dedos de su creador, es posible decir, una que se juega dando tumbos a su suerte y a ninguna parte.
Son ejercicios de haikus que escribo para valorar mi tiempo y espacio cotidiano. No están corregidos ni editados y sigo la regla general para su redacción. Atribución de la portada: Geisha Vectores por Vecteezy
1950 Alegrando Dobleherre empieza una búsqueda a través de su ciudad natal para encontrar una historia para su primer novela, o al menos eso espera y cree.
En el pleno salir de las estrellas, en la ciudad de la suerte, un un hombre apuesto, pero no por guapo, sino por el hecho de vivir apostando, caminando por la acera, se topó con un pequeño casino; en ese pueblo Providencia, muchos de sus amigos le habían hablado de la suerte que allí se...
¿Cómo escribo sobre Caracas si estoy a 7.294 kilómetros de distancia? ¿Cómo hilvano una crónica de mi ciudad desde la añoranza? Estas y otras preguntas saltan a mi hoja en blanco y pulsando teclas –quizás– vaya encontrando respuestas. Salí de Caracas hace dos años. Un viaje de vacaciones, una entrevista, una remota posibilidad. Mi mensaje...