Ya fuera que lo hubiera perdonado o a simple fuerza de vivir juntos, esa mañana Mei Ying le hizo entrega de su almuerzo: un tazón del pescado del día anterior con un poco de arroz y se lo depositó en una fiambrera. Y quizás como una pequeña venganza, le había puesto dos platos. —¿Para quién...
Seguir leyendo
8
1