Bárbara era mujer de aproximadamente 25 años cuando conoció a Celotipia. Desde la primera vez que tuvieron contacto, sintieron una conexión muy fuerte y se convirtieron en mejores amigas. Bárbara sentía que Celotipia le daba la seguridad que había estado buscando durante tanto tiempo.

Fueron mejores amigas durante ocho años, específicamente el tiempo que Bárbara fue novia de Santiago; un hombre alto, inteligente, guapo, carismático, que trabajaba en una compañía publicitaria y para Bárbara él significaba “el amor de su vida”. La amistad entre Bárbara y Celotipia durante este tiempo fue impactante, porque Celotipia le enseñó durante largas jornadas de trabajo, a ser una mujer de estrategias y planes, que Bárbara simplemente desarrollaba en su cabeza para recrear las mejores escenas de drama donde supuestamente Santiago tenía a otra persona en su vida, otra mujer con la cual compartía cosas maravillosas y fantásticas que no hacía con ella, que seguro era una mujer más guapa que ella, incluso llegó a alucinar que era mejor en la cama que ella. Todo esto sólo existía en la imaginación de Bárbara luego de varias horas de conversación con Celotipia, que al final del día le ayudaba a sacar estas conclusiones.

Un día Bárbara para estar más tranquila sintió la necesidad de conocer más allá a Santiago, y decide escribirle a Celotipia para juntas hacer algo que estaba justificado por el bien del amor. Celotipia convencida la acompañó y Bárbara actuando como la mejor espía, logró conseguir de manera clandestina, las contraseñas de las cuentas que eran de Santiago de: Facebook, Gmail, Twitter, Instagram, celular, Hotmail, Messenger y por si acaso también estuvo averiguando si tenía LantinChat, pero ya había cerrado su cuenta en abril del 2002.

Bárbara y Celotipia, pasaban noches enteras juntas y despiertas, compartiendo el grato privilegio de no dormir, porque cada vez que Santiago salía de fiesta con sus amigos, Celotipia le decía a Bárbara, que era muy importante que ella estuviera pendiente de él, que en el amor eso se llama “preocupación por la otra persona” y le sugería que escribiera mensajes. Bárbara sin dudar redactaba cada palabra que sentía era importante enviar a Santiago cada 30 minutos: “¿Cómo va la fiesta mi amor?…¿Quiénes fueron contigo?…Mi vida de casualidad me desperté y veo que son las 4 de la mañana ¿por qué no has llegado?…mi amor no se te olvide llamarme desde el teléfono de tu casa cuando llegues, para saber que estás bien. Te amo mucho”.

Un día eran las 3:00 de la tarde cuando estaban Bárbara y Celotipia sentadas en un restaurante de la ciudad, cuando de repente Bárbara describe que sintió algo muy fuerte en la boca del estómago, algo increíble, para Celotipia eso era una intuición y al escucharla se alarmó y le dijo a Bárbara que esa sensación era seguro una señal del universo. Bárbara sin esperar más, se levantó de la mesa, pagó la cuenta, salió del restaurante, tomó su coche y manejó de manera muy rápida hasta la entrada de la oficina donde trabajaba Santiago. Ahí estuvo estacionada par de horas esperando que saliera Santiago de su trabajo. Ya cuando eran las 8 de la noche, de repente sale Santiago por la entrada principal sin compañía muy tranquilo caminando en dirección a su coche. Aunque ese día Bárbara no vio nada que fuera sospechoso, igual pensó que tenía que seguir alerta.

Luego de ocho años juntos, Bárbara y Santiago un día terminan su relación amorosa. Bárbara destruida por ese acontecimiento, sin saber qué iba a hacer ahora con su vida, conduce directo a su casa. Entra enciende las luces de la sala, ve una fotografía de ella con Santiago que tenía guindada en la pared, comienza a llorar y corre hasta su habitación. Se acuesta en la cama boca abajo, presionando su cara con la almohada mientras llora desesperada. A los pocos segundos aparece su mejor amiga Celotipia, pero en ese momento Bárbara le dice que quiere estar sola y le pidió que se fuera.

Queriendo superar la ruptura con Santiago, meses después Bárbara comienza a trabajar con su terapeuta de manera intensiva y descubre que ella tuvo bastante responsabilidad, de que su relación con Santiago terminara, debido a su leal amistad con Celotipia. Ese día Bárbara tomó la decisión y dio fin a su amistad con Celotipia.

Hoy Bárbara tiene 35 años y tiene una nueva relación amorosa; su novio de llama Juan. Ahora todo es distinto, porque Bárbara ha comprendido que el concepto de amor que tenía con Santiago no había funcionado, que el amor no es depender del otro y decir por inercia en cualquier mensaje de texto TE AMO. Entendió que la amistad con Celotipia le había dejado muchos aprendizajes porque hoy era una mujer nueva gracias a ese apego del pasado. Bárbara es ahora autónoma: ya no le pregunta para dónde, con quién y hasta cuándo va Juan, ya no ve de reojo su celular cuando le llega un mensaje texto, cuando le habla de sus amigas no se imagina si alguna de ellas es su amante, ni lo atosiga todo el día escribiéndole, no le reclama por qué fue a la fiesta y no la llevó, ahora entiende que cada uno tiene su espacio.

La vida de Bárbara ya no es ingobernable por el lujoso tormento de celar, simplemente ahora su trabajo es dar lo mejor en su relación con Juan para que sea divertida y agradable. Tiene una nueva amiga que se llama Libertad, y hace poco se enteró que Celotipia es la mejor amiga de: Andrea, Carlos, Eloísa, Daniel, Ana, Jesús, María, Alberto, Valentina y miles de personas más.

Ayer Bárbara queriendo ser un poco inspiradora para otros, publicó en su Instagram la siguiente frase: “Cuando el amor se disfraza de control, no es amor, es un circulo vicioso que si sales vivo, serás libre”.

Bárbara ha logrado tanto ahora con esta nueva amistad que ya no se preocupa cuando alguien no le contesta inmediatamente o la deja en azul en Whatsapp. Ha aprendido que a cualquier persona se le puede descargar el celular.

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