Suena el despertador.

Sigo sin comprender por qué lo llaman despertador cuando quieren decir ataque gratuito al corazón. No hay ni un solo sonido que me alegre al despertarme , es más , todo ser humano tendría que despertar cuando naturalmente se abrieran los ojos. Dicho esto, consigo apartar el nórdico que pesa como una ballena sobre mi, me quedo sentada en la cama, y cómo no, el pantalón del pijama está en su posición habitual a estas horas de la mañana, es decir, apretándome el gemelo.

Abro el grifo de la ducha, no sin antes sufrir las mordeduras de buenos días de mi gata.

Agua fría, agua ardiendo. Mi ducha no tiene término medio. Me seco el pelo-estropajo, y pongo una cafetera. Este momento sí que me gusta, cuando la casa comienza a oler a café por todos los rincones , y el sonido de éste haciéndose … Cojo la taza de siempre , me echo el café con mi cara de felicidad-cafeína para mi cuerpo-. Y me siento en el sofá , y ¿quién viene también? ¡Efectivamente! Engendro del mal, es decir , gata. (Es un amor, como yo, vaya)

¿Y qué otra cosa aparte de morderme las piernas , le encanta hacer por la mañana? Ponerme a prueba, a ver si soy capaz de no tirarme el café. Total que me paso 10 minutos tratando de desayunar, apartando pelos , patas y colmillos.

Cojo mis cosas y me voy, con una mancha de café, nunca falla.

Metro, sin sitio. Genial, me encanta porque total solo me espera un día de estar de pie de 11 a 9.

Salgo del metro, llega ese momento en el que tienes que ir sorteando gente, y te preguntas pero vamos a ver, ¿en serio? ¿Una foto delante de un buzón de correos solo porque está en la gran vía de Madrid ? Eso en Gijón no pasa, básicamente porque tenemos playa y nos hacemos las fotos allí , para dar envidia sobre todo.

Entro. Ficho. «Entrada» me dice la máquina.

Y empieza la jornada real. Vaya por la que me pagan y se me ve sonreír (porque me pagan, ¿ya lo había dicho?)

Apertura de puertas, bienvenidos, fauna.

A ver qué sorpresas me da la vida de dependienta hoy.

«Señoriiiiita» , odio a este tipo de cliente que remarca la «i» de señorita, y te da toquecitos en el hombro, e invade tu espacio vital. Vamos a ver , caballero, lo primero lávese los dientes, si pretende hablarme con esa cercanía. Lo segundo, me pone muy nerviosa que me toquen. Así que si ve que me aparto modo cobra… no sé , ¿no le da una señal de algo? Pues obviamente no.

«¿Tienes esto?» Mmmmm ya, Hola, buenos días, qué tal, muy bien, enséñeme que es «esto».

«¿Puedo hacerte una pregunta?» Aparte de la que ya me está haciendo… en fin si insiste…

Y llega una de las mejores frases del mundo … «¿Tenéis un libro» … (ah, trabajo en una librería , si, pero tranquilos , también he trabajado en tienda de ropa, hay cada espécimen suelto por el mundo… que en fin… sigo) ,»pues que si tenéis un libro, que no sé cómo se titula, ni tampoco el autor, sé que la portada es así como azul, tiene muchas páginas…» Total, en este momento mi cerebro tiene un colapso de no sé si llorar, reír, tirar el chaleco al suelo subirme encima de la mesa y lanzarme en plancha al suelo… Se me pasan muchas cosas por la cabeza…

«Verá, es que tenemos muchos libros , no sé , ¿que temática tiene? Es narrativa , psicología, filosofía …» «Ay hija…no lo sé , lo vi hace 8 meses allí colocado… y me llamó la atención»… ¡PUES HABERLO COMPRADO! O haz una foto, apúntate el título, no se , ¡algooooo!

Aquí yo ya… no sé lo que digo , creo que pongo el piloto automático de amabilidad porque sino me saldría fuego por la boca … y el cliente acaba yéndose un poco así como vino, pero con otro libro que le habré dicho que podría ser, porque claro, un libro con páginas , palabras, ya sabéis , complicado….

Tras muchas, muchas, muchísimas personas , cerramos caja, no sin antes tener a ese cliente al que le encanta comprar a última hora, con las luces ya apagadas , y en efectivo, para hacernos contar las monedas otra vez. Y si puede ser , desagradable también, de los de » a qué hora cerráis?» ¡AHORA SEÑOR/A ,AHORA!(es lo que le gritaría, pero sonrío y digo que a las 9) «¿Estáis solo hasta las 9?», bueno mire lo que me faltaba por oír, llevo aquí desde las 11 de la mañana amigo, si le parecen pocas horas, ¡un día quedamos y venimos juntos ! ¡Que soy de un agradable por la mañana… tengo yo una conversación que es todo positividad y alegría de vivir! (Si, es lo que pienso pero ya sabéis, sonrisa y más sonrisa).

Por fin cerramos, de cerrar, de por fin a fichar ,y la máquina me dice «Salida», (soy incapaz de no reírme en ese momento, que se yo, me hace gracia que una máquina me diga salida).

Y por fin, aire que no es puro, porque claro, es Madrid, y es El Centro. Y ahora ¡me espera un viaje en metro! Emocionante, lleno de historias, gente…

En fin, una mierda, que iré de pie, apretujada contra el cristal, deseando llegar a mi casa, ah por cierto, vivo en un quinto sin ascensor.

De la que salgo del metro, tropiezo, siempre, es que no hay día que no tropiece, soy torpe hasta para mantenerme de pie.

Voy a ver a mi amiga la china, que me da una barra de pan, y Coca Cola light , y siempre me regala chicles. Antes los compraba , ahora me los regala, no se , le caigo bien, creo que porque ella también es una borde. Tenemos un radar entre insoportables.

Me arrastro por la cuesta, bajo escaleras , entro en el portal, y subo los 5 pisos.

Me cargué sin querer el pomo de la puerta, así que ahora me cuesta entrar en mi casa. Pero vamos, una tontería comparado con …el día entero.

Hola gata. (Aquí suelto un montón de cosas bonitas para que vea que aún con todo, hay amor).

Dejo las cosas en el sofá.

El lavabo está atascado.

Ceno cereales.

Por fin me siento.

Sí, sé lo que pensáis, todo piruletas y nubes de colores lo que viene siendo el día a día de esta chica.

Felicidad en estado puro.

Me voy a la cama, la gata ya está esperándome.

Despertador.

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