Domingo 22 de mayo de 2016
Paseaba por una senda discontinua dirección a la cima del monte que se hallaba justo hacia el sur de mi villa. Había dejado las prisas y compromisos que tengo todos los días entre los pensamientos buenos y a ratos enfadados.
Cuando ya llevaba la mitad del camino recorrido, me senté exhausta por el cansancio acumulado de toda la semana a la sombra de un majestuoso pino silvestre.
Al poco de estar sentada, empecé a oír una dulce melodía. Lo achaqué al cansancio, hasta que a lo lejos vislumbré una extraña figura.
Era una mujer con vestimenta muy excéntrica pero de aspecto afable. Cuando vi su rostro lo primero que me transmitió fue calidez, seguida de una confortante sensación de querer saber más acerca de su misticismo. Se iba acercando, paso a paso, lenta, calmada, pero iba segura y firme. Cuando al fin la tuve lo suficientemente cerca para ver su rostro me sorprendió lo azules que eran sus ojos chispeantes de jovialidad a pesar de las arrugas que surcaban su cara y de su níveo cabello que llegaba hasta su cintura.
De repente, me inundó una sensación de inseguridad y me levanté, dispuesta a seguir mi camino, pero ella ya estaba lo suficientemente cerca.
- -Hola. Sé que estás asustada porque no sabes quién soy, pero no estoy aquí para hacerte daño. Vengo de un lugar de la tierra sin descubrir por la civilización. He sido enviada para rescatar a diecisiete personas de distintos puntos del planeta, de este terrible modo de vida en el que vivís. – Me dice con una cara de seguridad y preocupación.
Me quedé aturdida. Pero con una pequeña esperanza de que todo lo que me estaba contando fuese verdad. Algo en mi me decía que debía creerla y seguir escuchándola.
- -Sé que puede sonar muy extraño, lo sé. Pero no estoy demente. Te hemos elegido como candidata para ir a nuestra región. Te hemos observado, durante los últimos meses. Tu actitud nos gusta, y nos parece que reúnes las condiciones necesarias para poder elegir si quedarte con tu vida o conocer nuestra región. Si decides quedarte, tendré que borrar esta conversación de tu memoria. Pero si decides venir, este año será crucial para ti pues aún no estamos seguros de si tienes la calidad para poder relacionarte con nosotros. Por ello te debemos seguir un año más. Tú no debes hacer absolutamente nada. Somos nosotros los que decidimos.
- -¿Cómo es la vida en ese lugar? Háblame de él. – Le digo, absorta en lo que me acababa de contar.
Me explica que es un lugar inexplorado por el mundo actual. El aire es limpio y puro. Las casas están construidas con materiales propios de la naturaleza. Las personas viven en armonía con la naturaleza. Una relación simbiótica.
No existe el dinero. No existe el poder. Allí no hay diferenciación entre hombres y mujeres. Todos son personas, iguales, pero distintas a la vez. La gente actúa como uno solo. En beneficio de todos. Todas las decisiones se toman por asamblea.
La tecnología ha avanzado. Mucho más que aquí. Me dice que todas las energías son renovables, usan el sol, el viento y el agua.
Las enfermedades que aquí dejan estragos allí ya están combatidas. Y aunque la tecnología sea más avanzada lo único que les importa es vivir en felicidad. La gente produce todo para todos, allí la gente se ama.
Me dice que está muy sorprendida por lo atrasados que estamos entre luchas, envidias, corrupción, no conseguimos avanzar y destruimos el planeta constantemente. Se siente triste de ver como aquí hay confrontaciones por la política, la religión e incluso por los deportes.
Cómo cada día había alguna noticia de violencia machista. De cómo las mujeres están tan reprimidas en esta sociedad patriarcal actual. De todos los casos que hay de bullying, por el simple hecho de ser diferentes.
De cómo solo un mínimo porcentaje de personas son escandalosamente ricas mientras los demás están en la miseria más absoluta. De cómo inmigrantes arriesgan sus vidas todos los días por llegar a un país en el que no tienen la certeza de cómo les irá, pero prefieren eso que quedarse.
De las bombas. De los tiros. De los atentados. De la pasividad de la gente ante estos sucesos.
Las personas allí trabajan en equipos y son muy inteligentes lo que les lleva a tener una vida confortable con las cosas que ellos inventan, deteniendo el tiempo si hace falta.
Me quede impresionada. Me sentía impotente de no poder cambiar la situación aquí.
- -Impresionante – mascullé.
¿Un lugar de la tierra sin descubrir? Todo aquello me parecía surrealista.
- -No tengo mucho más tiempo, he de volver. Nos volveremos a ver. Adiós.
Y antes de poder decirle nada, se esfuma. Me quedo impotente, estática, mirando al horizonte. Vuelvo a casa inmersa en mis pensamientos. Imagino como es ese lugar sin descubrir. Tengo la sensación de que todo ha sido un sueño. Rescato de mi chaqueta un cabello largo y blanco. Examinándolo de cerca es cristalino y brilla. No pude dormir en toda la noche, ni en las semanas siguientes que transcurrieron al encuentro.
Domingo 20 de noviembre de 2016
Me levanto con una sensación extraña.
Vuelvo al mismo pino con la esperanza de que vuelva y en realidad no hayan sido imaginaciones mías. Voy ágil, apenas me cuesta subir el monte y recorro el camino por inercia. No siento el cansancio en mis piernas. Solo pienso en volver a ver a la misteriosa mujer y que me diga si puedo ir a ese lugar. Ese lugar en el que he estado pensando este último medio año. Ese lugar que nadie creería que existe.
Al poco de estar esperando veo una figura. Sí es ella. Mi corazón late deprisa. Me dice que en general cubro muchos aspectos para poder ir. Pero hay una condición que no le acaba de convencer.
¿Cuál será? ¿Qué es lo que no estaré haciendo bien?
- -¿A las otras personas que has elegido les pasa lo mismo?- Le pregunto.
- -Sí – Me responde preocupada.
Dice que no me preocupe, que en este medio año que aún queda puedo hacerlo bien y entonces podré tener ese pase.
Domingo 14 de mayo de 2017
Estoy muy nerviosa, solo quedan siete días para volver a estar con ella. No sé si me dará el pase o no, si iré a ese lugar o me quedaré porque tengo miedo, aunque tengo la certeza de que este mundo va a peor. Pero estoy muy contenta de que tenga la posibilidad de vivir como me gustaría.
Lo que sí sé es que ahora vivo feliz de saber que en lugar del mundo hay un sitio donde la gente vive feliz, como nos merecemos. Si no tengo esas cualidades completas para ir, me queda la incógnita de saber qué es lo que hacemos que no sea posible.
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