La maleta
– ¡En esta maleta no cabe casi nada!- gritó Alicia. Estaba histérica. No era para menos. María respiró profundamente y subió las escaleras, despacio. Tenía que mantener la calma, por las dos. Se paró en el rellano, contemplándola con ternura. Alicia intentaba meter a la fuerza toda la ropa y peluches que habían acumulado a...