club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
2009participaciones
Viajes encadenados (concurso semanal de microrrelatos) 1ª fase: del 30 de enero al 5 de febrero (hasta las 08:00 h)
2ª fase: del 6 al 12 de febrero (hasta las 08:00 h)
3ª fase: del 13 al 19 de febrero (hasta las 08:00 h)
4ª fase: del 20 al 26 de febrero (hasta las 08:00 h)
5ª fase: del 27 de febrero al 4 de marzo (hasta las 08:00 h)
6ª fase: del 5 al 11 de marzo (hasta las 08:00 h)
7ª fase: del 12 al 18 de marzo (hasta las 08:00 h)
8ª fase: del 19 al 25 de marzo (hasta las 08:00 h)
En esta maleta no cabe casi nada. Esto es lo que repite mi madre una y otra vez. Le respondo que no se preocupe, que llevo lo necesario, mientras vigilo que el dinosaurio de Monterroso no se despierte y que las sirenas de Marco Denevi sigan calladas. Viajar con personajes de microcuentos también tiene lo...
En esta maleta no cabe casi nada. La he cogido en la estación de tren porque tenía el tamaño ideal para colocar en el portaequipajes, pero ahora que estoy en el aeropuerto veo que se me queda pequeña. Me gusta la maleta que lleva esa mujer. Es grande y negra, con unas ruedas brillantes y...
En esta maleta no cabe casi nada, amaneceres y te quieros volcados a tu abismo imposible de llenar que se agolpan contra el cierre inevitable. Ojalá la pierda antes de llegar a mi destino. Cuando llegue a Cerler podría ser una página tan blanca como su nieve y no el negro barro congelado que atrapa...
“En esta maleta no cabe casi nada” ¡Me retracto! cabe todo lo que debe caber. Mis preciados tesoros no ocupan gran espacio. – ¿Recuerdos? -Si, tantos como una montaña. – ¿Rencores añejos? – ¡No! – ¿Sonrisas? – muchas, risas también. – ¿Lágrimas? – No, las que había se secaron antes de entrar en ella. -Una...
En esta maleta no cabe casi nada. Y es que después de mucho seleccionar y eliminar cosas, entendí que al camino no le importa si repito ropa, le da igual si no llevo nada, o si voy manchado de historias… que es lo que realmente quiero. En esta maleta no cabe casi nada porque todo...
En esta maleta no cabe casi nada, pero debe caber mi vida entera, así de relativa es la vida, tantas cosas con las que creemos no poder vivir, que creemos que son parte irrenunciables de nosotros mismos, para darnos cuenta de lo poco que necesitamos. Mi viaje comenzó el día en que decidí emprender esta...
En esta maleta no cabe casi nada, ni falta que hace … Viajo al glamour y yo eso lo llevo dentro… Me deslumbran los focos de la pasarela al encontrarse con las lentejuelas de los vestidos que cosí, puntada a puntada. La música me abruma y me lleva a fantasear entre colores rojos, brillantes y...
En esta maleta no cabe casi nada, en verano todavía me apaño pero en este tiempo: el abrigo, las botas, el pantalón ancho y el suéter de cuello vuelto, las gafas y el pañuelo… Quiero ir de riguroso luto aunque no lo merece. Son noventa y seis años preñados de genio y figura. Lo he...
En esta maleta no cabe casi nada. En realidad no me importa. Tengo las ganas, las agallas y la valentía de seguir el viaje. Agarro con fuerza mi abono, del JR Pass, con las mismas ganas del principio. De Tokio a Hiroshima despacio, con la velocidad de soñarte a la vez que avanzo sentada al...
En esta maleta no cabe casi nada.Hoy me doy cuenta que en el viaje anterior, lo que llevaba no sirvió para mucho.Decidido está recorrer un camino completamente distinto esta vez.Mañana empieza la nueva travesía. No sé qué llevar, sacar, agregar. ¿Qué, qué, qué?Surge una pregunta punzante.¿La necesito?Amanece una idea demasiado osada quizá. Pienso en compartirla...
– En esta maleta no cabe casi nada, ¡Que engaño más grande! Esto es peor que las tres cámaras del Iphone o las pastillas para adelgazar de mi tía Ramona. Si tiene más rueda que compartimiento, ¿Ves esto? Es el engaño del neoliberalismo que se ríe en nuestras caras y nosotros comemos de la mano...
-En esta maleta no cabe casi nada. ¿Dónde metemos los colores y sabores del mercado, la sensación pegajosa de la ropa contra el cuerpo y la sorpresa húmeda de la lluvia del monzón? -Aquí: entre la amabilidad del vendedor que nos dio cobijo, el té reconfortante, y la sonrisa cómplice de su hija al reconocernos...
