En esta maleta no cabe casi nada, amaneceres y te quieros volcados a tu abismo imposible de llenar que se agolpan contra el cierre inevitable.

Ojalá la pierda antes de llegar a mi destino.

Cuando llegue a Cerler podría ser una página tan blanca como su nieve y no el negro barro congelado que atrapa mis pies en este páramo. ¡Seré idiota!, esta maleta me acompañará mucho tiempo, llena de petróleo.

Qué ironía, mi punto de partida es Rota, como mi alma.

Aún no atisbo cómo olvidarte, pero cada lágrima es un paso que me aleja más de ti.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS