La Cosecha
Su barba y su melena expuestas al viento, sotana blanca resplandeciente. Así lo veía mientras se movía con su bastón hasta donde yo estaba, la sombra del árbol. Mis manos sangraban de coger tanto algodón en tallos espinosos. Él me dijo: – Pronto todo acabará. Tengo mejores planes para ti. Hundió su bastón al suelo...