Alfonso, el justiciero

Alfonso, el justiciero

Sassenach

20/03/2020

Su barba y melena expuesta al sol partieron aun cuando la cuarentena debía comenzar para este joven y apuesto rey: carroza real, súbditos y edecanes partieron primero, para ir ver a la esposa portuguesa y luego seguir camino al Mediterráneo. Los fuegos internos de un amor reciente no podrían detener a este rey, bisnieto de aquel llamado «El Sabio». Gibraltar era el último bastión para que ningún maldito árabe quedara ya en la Península. Aún no llegaba a los cuarenta años, cuando cayó en las trincheras de la Reconquista y víctima de la peste negra.

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