¡Cielos!
Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón. —Tantas peticiones, tantas quejas, no doy abasto. Necesito unas vacaciones — se gira para mirar a su mujer. —Tranquilo mi amor. Lo estás haciendo perfecto. Como siempre. —¡Ya! — contesta sin dejar de mirar la pantalla. —¡Vaya Pedro, casi me pillas! — golpea los mandos mientras...