Un viaje no comienza al partir, sino mucho antes, cuando tu mente toma la decisión y empieza a despedirse, una a una, de las cosas que pasarán a estar solo en tu memoria. Has de crear lo que luego serán recuerdos, con sumo cuidado, para que te acompañen solo aquellos que merecieron la pena. Has de observar los espacios con detenimiento, casi como por primera vez, y fijar sus líneas en tu mente, para poder evocarlos cuando quieras. Solo los lugares de nuestra memoria son intemporales.

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