No es tan fácil dar el paso. Buscando fuerzas, me acerco con lágrimas a mi biblioteca y tomo Robinson Crusoe. Brote nostálgico por una juventud ingenua y romántica. No es tan fácil bajar las escaleras y juntar a mi familia para hablar. Lo huelen, saben que es hora.

No es tan fácil decirles que no soy feliz sino viajo a donde sufren los olvidados, esta vez sin una vuelta. Escuchan el destino y ya resuenan las bombas y mis gritos en la peor escena fijada en sus corazones. Los veo llorar. Adiós.

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