Siempre viajó a mundos lejanos para pelear con monstruos de tres cabezas o para esconder su vaso con leche -Nunca le gustó la leche- Así descubrió Trikimondi el lugar más hermoso que había encontrado y decidió vivir allí.

Me dibujaba en hojas la ruta para que yo pueda encontrarlo. Al despedirme, yo siempre me preguntaba ¿Existirá?

Una noche encontré una nota era de él «Te espero en Trikimondi» decía. La mañana aclaró con llantos que venían de su casa. Mi amigo se fue para siempre a Trikimondi.

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