Mundos paralelos.
Recuerdo ese momento oculto en mi cabeza. Llegaba tarde a la biblioteca donde había ido mil veces, al abrir la puerta era distinto. El silencio reposaba translucido sobre las sonrisas presentes. Se percibía el olor a celulosa envejeciendo en las estanterías, los volúmenes desordenados te contemplaban con sus raídos colores. El rostro afable del profesor...