Yo no lo escribí–aseguré a mi maestro–.Se escribió a sí mismo y tomó mi vida. Se alimentó del dolor y me dejó cicatrices. Se peleó con mi inconsciente; lo desnudó, lo violó. Pero mejoré. No escogemos lo que amamos; está en nosotros. ¿Si me hace feliz, si me hace miserable? Ella sabe. Me engulló, dio color a su voz. La amo, la odio; la narradora pide más: «Más secretos, sangre, horas, tinta, libertad». No puedo dormir sin tener que contar, y esto, ella sabe; es la única cura que hay. Escribir.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS