-No puedo más!!!

-Esto me va a matar!

Repetía mamá desde que esto comenzó.

Su mente no soportaba el encierro, era como volver a su sentimiento de abandono, las puertas cerradas la anclaban de nuevo en ese punto de su infancia sin avisar y ahí se quedaba, paralizada sin ganas , sin vida, sin aire..la presión le subia desde los pies para quedarse en su pecho y no dejar el paso del aire, todo su cuerpo se empapaba en sudor, que en pocos minutos helaba su piel.

Despues de cuarenta días así, hoy por fin, consigió su salvo conducto, aquel que le abriría las puertas a la vida .

Estaba feliz, nerviosa pero feliz, se calzó sus zapatillas más comodas y salió a andar. Fue un paseo corto pero intenso, andaba rapido intentando dejar atrás toda aquella tormenta mental que la seguía en su camino.

El silencio ensordecedor de la ciudad vacia inundaba su mente de  recuerdos del pasado, intentó callarlos escuchando música…Las calles estaban vacías sentía el sol en la cara y el aire acariciaba su piel, era su momento ,se sentía libre y dueña de su vida.

Estaba llegando a casa y paso por la parada del bus que cogía cada mañana para ir al trabajo, le inundó la nostalgia al verlo vacío y parado, añoraba su normalidad del día a día.

Fue todo muy rápido, detrás del autobús salió un taxi que no tuvo tiempo a frenar.

Ella ya esta en ese lugar donde no existen las puertas cerradas.

Se acabó el Miedo.

Miedo a enfermar, a contagiar o ser contagiada, a salir a la calle y ser juzgada o multada, al encierro responsable…Miedo a dejar de abrazar, de sentir , de Vivir.

Miedo a morir viviendo.

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