Un pájaro que ríe
mientras baila, un árbol
que cruje al amanecer.
El río honesto,
no enfurece. Madre
tierra, vuelca sus catástrofes
naturales en el noble equilibrio.
Los miedos se esfuman
en el vacío
de palabras.

Un golpe seco.

La ciudad,
colmena agitada,
se sacude. Su ritmo,
el grisáceo calor,
el temor a la lluvia.
Las deformadas formas de fluir.

Silencio paraíso.

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