Eramos dos, unidos por la misma cosa, sintiendo algo real y no imaginario, digno de una historia casual y siempre visto en otras historias.
Los deseos también eran los mismos, yo lo miraba y el me miraba pensando lo mismo y queriendo que esto suceda y que suceda en tiempo.
yo siempre libre y nunca consciente de los preconceptos que generan los vínculos que ya todos conocemos, el amor, el sexo y la amistad siempre fueron lo mismo para mi.
Lo invite a mi casa, ciega del deseo y con una sensación de placer futuro en el cuerpo, ya mi boca en su boca, mi cuerpo en su cuerpo, todo fue muy rápido pero no por eso menos, uno acostumbra a valorar el sexo por cuestión de tiempo, pero es que eramos dos purgando el deseo y apurados de envolvernos en esto, que el placer me atrape rápido pero que sea muy intenso.
ya tranquilos y habiendo cumplido lo nuestro, nos levantamos y descorchando un vino, el me anticipo su partida, no era despedida, era un reencuentro luego.
Ya despues vino el encierro, sola en mi casa, en Bueno Aires y con un enemigo que va creciendo, que no entiende el principio necesario que todos tenemos, que no tocar es mortal, que sentir al otro es crucial para seguir viviendo, que solo pensar en un invierno sin poder disfrutar lo que hasta ahora era neto, me hace pensar en que todo esto servira de algo, estos días no pasaran en vano, no sin sufrir el poder del distanciamiento que elimina toda vibración que pueden sentir dos cuerpos, que juntos conforman un nuevo y elevado cuerpo, que cuando todo esto pase solo quiero ir corriendo a decirte lo mucho que disfrute de ese ultimo encuentro.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS