Ya casi las 7 de la noche , cuando hacía varias llamadas a mis familiares y amigos para saludar, justo en ese momento mi cabeza empezó a dar vueltas y toda la gente se desesperó al escuchar el primer caso confirmado en nuestro país.

Estamos tan acostumbrados a que nos digan que hacer, que cuando no nos dicen nada, no sabemos como actuar. Actualmente nuestro país no sufre ninguna restricción más que las medidas dirigidas por la OMS, y aunque todo parezca normal, mi abuelita ya no sale de casa, mis tíos ya no vienen a visitarme, en la iglesia nadie se da la mano, en la calle si estornudas es un delito y te quedan viendo con ese mirada hiriente, en las aulas de clases solo están los profesores, mi amor platónico está a 121 km de distancia.

Y pues siempre pensé en una manera de controlar la sobre población mundial, pero esto es algo más que una PURGA, es algo que afecta a buenos y malos.

Sí, es una purga de emociones no poder despedirte de tus seres queridos, que te aíslen como un criminal, no poder tocar nada ni a nadie, no poder contar al mundo como te sientes, no poder dormir tranquilo pensando en el ¿qué pasará mañana?, no poder abrazar a quien amas, no poder besar por última vez a esa persona que tanto admiras, es la purga del miedo, de la desesperación, del dolor ajeno es una guerra con tanques intangibles.

Y aunque me sienta insensible por no ayudar, es lo mejor que puedo hacer. Por mi , por los tuyos , por los suyos y por ellos. Es la mejor muestra de amor.

«AMAR AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO»

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