Año 2200

Fuera la noche ha caído. Parece que no hayan transcurrido más que unas pocas horas desde que vi amanecer. Y el confinamiento sigue. Los científicos trabajan a contrarreloj para hallar el remedio salvador mientras la población sigue mermando in crescendo. Incluso se están planteando abrir la gran cúpula, por si de esa manera consiguen acabar con el virus exponiéndolo a la ausencia de aire. Pero eso generaría problemas adicionales para nuestra colonia, porque no solo nos expondría a perder de forma inmediata todo lo que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir bajo la cúpula salvadora, sino que, además, la exposición a la radiación externa podría ser aún más mortal que el propio virus.

Según he podido documentar, la aparición de esta nueva cepa, una variante de la fatídica Covid-19, potenciada tras casi su práctica extinción hace 180 años, ha resurgido más potente, más letal si cabe. De nada sirven ya aquellas arcaicas normas que prohibían dar la mano, besar, acercarnos a nuestros seres queridos so pena de acabar contagiados o contagiando, protegernos con máscaras y guantes, desinfectar todo y someter a continuados test a toda la población. El nuevo virus viaja por el aire, se introduce por los conductos de ventilación y llega a todos los hogares, acaba con los cultivos, con las generadoras de agua dulce, con las estaciones transformadoras de aire respirable… Por fortuna, los filtros depuradores son capaces de retener entre sus cerdas a esas infames criaturas. Después viene ese proceso de recalentamiento de los mismos para acabar con ellas. Se pasa algo de calor en esos momentos pero nos aseguran que no pasa ni uno solo.

Esperemos que en unos pocos días se haya podido acabar con esta desgraciada invasión. Y si no, que esta luna errante que se despegó de aquel planeta azul viajando a la deriva, alcance en su trayecto algún otro planeta de condiciones similares a la Tierra, que haga que quede atrapada en un círculo gravitacional que nos permita colonizarlo, asentarnos en un nuevo mundo libre de agentes patógenos. Este mundo de superhombres será capaz de conseguirlo, estoy seguro de ello.