Llega la primavera y en pleno estallido, la cuarentena.

En una tarde en la salimos a aplaudir a todos los profesionales que en estos momentos velan por el país.

Es increíble lo que la gente se vuelca en la unidad en estos tiempos, reconforta saber que unidos todo se puede, se vuelve factible. Mañana veremos el reflejo del sol desde nuestras ventanas, asomarnos con la fe de que pronto todo habrá pasado.

Saldremos aunque sea a los balcones con la sonrisa en la cara y repletos de ilusiones. Como las bellas rosas, las amapolas preciosas y aquella bonita hortensia que me regalaron por mi cumpleaños.

Aroma a primavera y unas ganas de brillar como una estrella, de vencer los miedos y ponerse como se suele decir, el mundo por montera.

El hermoso regalo es la vida esperando ahí fuera, cuando todo haya transcurrido con prosperidad y podamos salir por la puerta, como siempre a pasear, caminando decididos y ante el milagro de la vida.

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