¿Por qué salir huyendo? dejando todo al tirano, entregando lo que por derecho y ley divina nos pertenece, ¿Por qué abandonar? Si estas a tu tierra arraigado, estarías cediendo tu vida a voluntades ajenas sin sentido, llenas de crueldad desmedida, y si en lugar de partir, me quedo sumergida en ti, entregando mi último aliento como lo haría un capitán que azotado por la tempestad, se hunde con su barco en las profundidades de un mar bravío, a sabiendas que cometerá un suicidio, asumiendo el desafío de hacerle frente a la inmensa tormenta, esbozando el último gesto de valentía divina.

¿Por qué renunciar? A contemplar un amanecer, de esos que solo puedes apreciar en las exóticas aguas del Mar Caribe, donde puedes degustar a la orilla de la playa un delicioso pargo rojo frito, con ensalada y tostón, en un ambiente alegre lleno de brisa, risas y tambor, donde todos los días brilla el sol, y la buena aptitud no la merma ni la escasez, ni la inflación, me lleno de tristeza si mis hermanos no aprecian tanta belleza, echando la vista a un lado ignorando el llamado, optando ir por el mundo huérfanos, despatriados, en lugar de luchar por esta tierra, que siempre ha sido cuna de valientes.

No escapes de la batalla, no abandones esta tierra que te ha visto nacer y crecer, desde cada rincón de esta nación, elevemos nuestras banderas, nuestro amado tricolor, alcemos nuestras voces formando un solo coro, que nuestro grito de lucha se escuche en todo el mundo, que el norte se una con el sur y que el este se complemente con el oeste, seriamos tan fuertes que hasta el sol saldría desde una nueva dirección ¿Por qué marcharse? Si es aquí a donde perteneces, ama a esta tierra como te amas a ti mismo, y si no eres capaz de amar entonces tienes una razón inequívoca para marcharte.

Cada vez somo menos, pero aun así desarmemos al tirano, ese que tomo por suyo lo que no le pertenece, a expensas de un poder revocable, condenándote a vivir en el exilio, lejos de tu gente y tus costumbres, provocando en ti un vacío profundo, pues tu cuerpo se marcha a otro país, a otra nación, pero tu alma queda anclada a estas tierras. ¿Por qué ser un inmigrante? Si lo último que deseas es tener que meter tu vida en una maleta, abandonando tus sueños, forzado a echar raíces en otras tierras, ¡Si has sido bendecido al nacer en esta! Tú patria, mi patria, nuestra patria, la hermosa Venezuela.

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