Un bocado diferente
Bajaban en reguero escaleras abajo, corriendo sin tino para situarse en los primeros puestos. Al pasar por el registro de entrada sus patas de alambre frenaban en seco para alinearse, disciplinadas, una detrás de otra en la escalera mecánica que las llevaba al fondo de la tierra. Las puertas del vagón engullían sin descanso miles...