Die Kugel
Malena estaba segura que se había metido la noche que olvidaron cerrar una ventana. Esa semana se había sentido rara, con náuseas. Lo atribuyeron a la comida. Por un tiempo no notaron nada, hasta que pasó lo de las camisetas. — ¿Te compraste otra igual? — preguntó Malena, que solía doblar la ropa. — No, tengo una...