La pluma que nos lleva al asilo
En el asilo en que trabajo hay un señor con quien converso seguidamente, se llama Enrique. Me tiene mucho cariño, suele decirme que soy el hijo que nunca tuvo y me agrada hacerle la vida un poco más amena con mi presencia. Hay una plática que hemos tenido en varias ocasiones sobre su decisión de...