DIARREA MENTAL
Cuando desperté no sabía dónde me encontraba, desde luego no parecía lugar de este mundo, a mi alrededor los libros bailaban haciéndome corro a los sones de una música que no ensordecía pero que todo lo inundaba; a un cambio de ritmo, el tomo veintiocho de la Enciclopedia empezó a menear sus páginas con frenesí...