Era una noche fría y estremecedora la cual no quiero recordar, en la sucedió un evento muy escalofriante, nunca creí que el ser humano pudiera llegar a tal punto de barbarie con un semejante. Y yo estaba allí, sin saber qué hacer, en el silencio, en medio de la oscuridad, sabiendo que en cualquier momento me podrían descubrir. Mí respiración era cada vez más acelerada, mi corazón latía tan fuerte que aun en el silencio lo podía escuchar, mí sudor era frió e intenso, aun no sé cómo pude sobrevivir, como soporte esa trágica semana de encierro e incertidumbre, sin saber que lo peor aún estaba por suceder.

Todo comenzó el día que mi mejor amiga Linda, me invito a pasar mis vacaciones a casa de sus abuelos maternos. Su familia era tan acogedora que nunca habría podido imaginar el gran secreto que escondían. Acepte sin tener una objeción, sobretodo porque iba su hermano Camilo, desde mi niñez sentí una gran atracción por él y lo mejor sabía que yo no le era del todo indiferente, esta era la perfecta oportunidad para acercarnos.

Mis vacaciones siempre las tomaba en julio, cuando el clima aun era fresco, pero este año había tanto trabajo en la granja que tuve que aplazarlas hasta noviembre. Vivíamos en una pequeña ciudad, en la cual todos nos conocíamos, por unos años me ausente ya que mis padres decidieron enviarme al exterior a estudiar una carrera que me pudiera sacar adelante cuando ellos hicieran falta y tenían toda la razón, a pesar de ser de una familia acomodada e hija única, el dinero cada día alcanzaba para menos y la tierra era cada vez era más difícil de trabajar, la granja era una labor complicada sobre todo para una mujer y aunque lo realizaba bien, creo que mis padres nunca perdieron la esperanza de que pudiera hacer algo especial para mejorarla, por eso estudie Agronomía ya que siempre me gustaron los retos y las cosas difíciles.

A mis 23 años ya tuve que afrontar cosas que nunca imagine, por ejemplo el más triste recuerdo de mi vida, la muerte de mis padres después de mí grado, hoy hubiera preferido morir con ellos en ese trágico accidente, pero creo que el destino me salvo de esta tragedia porque me tenía preparado algo peor. Por esta razón desde muy joven tuve que enfrentar las responsabilidades y problemas sola, dejándome muy poco tiempo para mí y para las cosas que los jóvenes solíamos hacer. Aunque siempre conté con el apoyo de la familia de Linda, a veces me sentía ausente y fuera de lugar desde la muerte de mis padres.

Mi vida en los últimos 4 años había sido tan rutinaria, por esto nunca creí lo que me empezó a suceder. Los Hamilton eran una familia numerosa, Linda era la menor de 5 hermanos, siendo ella la única mujer, por esta razón nuestra amistad logro sobrepasar los límites, convirtiéndonos casi como hermanas, teníamos las misma edad y en muchos sentidos éramos casi idénticas, a pesar de que nuestras metas siempre tuvieron direcciones opuestas.

Recuerdo la tarde en que ellos llegaron a la ciudad y se instalaron en la granja de los Donalson, personas muy agradables pero que se marcharon de la ciudad en extrañas circunstancias y de los cuales nunca más volví a saber nada. Claro que en ese momento estaba muy feliz de saber que tendría otra niña con quien compartir todas las travesuras propias de la edad, las cuales solía hacer sola pero que nunca logre que fueran tan divertidas, como cuando empecé a hacerlas en compañía de Linda. Así que desde ese momento empezamos a crecer juntas con un gran aprecio y devoción de la una por la otra, era tanta mí confianza en ella y su familia que en muchas ocasiones sucedían cosas anormales pero yo no les daba importancia. Hoy después de haber vivido tan terrible experiencia, creo que si hubiera estado más atenta quizás nada de esto hubiera sucedido o quizás hubiera podido evitar tan terrible tragedia.

Como era una familia prácticamente de hombres, se adaptaron pronto a las labores que exigía una granja, Alberto y Carlos eran los mayores y a pesar de que solían ser agradables siempre estuvieron muy distantes de mí, cosa que no sucedía ni con Camilo, ni con David, con los que muchas veces compartí juegos en mí niñez y con el paso del tiempo paseos, reuniones, fiestas y otras cosas. Siempre acostumbrábamos a ir con Linda y Camilo al campo a montar bicicleta y bañarnos en el río. David por su parte era más dedicado al estudio y se puede decir que el más hacendoso en su casa, por esta razón a medida de que íbamos creciendo nos distanciábamos cada vez más.

Ahora recuerdo claramente el día en que Carlos se caso con Laura, los Hamilton hicieron una reunión fuera de serie y aunque Linda y yo teníamos solo 12 la disfrutamos como si fuéramos mayores, para esta época Camilo ya tenía 16 y yo le parecía muy chica, así que Linda y yo empezamos a crear una estrecha amistad, quizás esto fue lo que me salvo, claro que a un precio muy alto.

Por otra parte mis padres a pesar de ser muy cercanos a los Hamilton en especial por mí, nunca fueron amigos de la vida social, así que nunca llegaron a asistir a reuniones o eventos programados y siempre encontraban la forma más gentil de excusarse, razón por la cual nadie tuvo oportunidad de reprocharlos. Ellos eran personas sedentarias y tranquilas que vivían felices sin tener que estar pendientes de las cosas que sucedían a su alrededor, quizás por eso nunca tuvieron la oportunidad de darse cuenta de algunas cosas extrañas que empezaron a suceder en casa de Linda y que todos atribuíamos a desgracias que sucedían por factores ajenos a nuestra voluntad.

Fui criada con buenas bases morales y con mucho amor, cosas que hoy en día aun conservo y pienso que son las que me van a ayudar a salir adelante de este trágico episodio de mí vida. Mi padre siempre me decía; “Karen la fuerza y la voluntad siempre estarán unidas a la razón, por eso debes pensar antes de actuar para poder obtener lo que realmente quieres en la vida”. Mi madre por otro lado era una mujer amorosa que me enseño que el respeto además de ser una aptitud era una cualidad y una virtud que me ayudaría a salir adelante.

Nunca olvidare el día en que el teléfono sonó para comunicarme la terrible noticia de la muerte de mis padres. Una voz ajena a mí me pregunto si era Karen Stuart, hija de Jaime Stuart y Raquel Fernández, en ese instante enmudecí hacía unas horas había dejado a mis padres en un avión rumbo a casa, yo había decidido quedarme un par de días más solucionando algunos pendientes. De inmediato la voz me informo que requerían mí presencia en el aeropuerto, intente averiguar algo más en ese momento pero no me dieron más información, presentía que algo muy malo había sucedido, aunque aun conservaba la esperanza de que no fuera algo grave, así que me dirigí al aeropuerto. Al llegar note una gran congestión, no me había atrevido a encender el radio así que aun no tenía idea de lo que me esperaba, como pude me abrí paso entre la gente y contacte a una de las personas que estaban dando información.

Disculpe mí nombre es Karen Stuart, ustedes me llamaron, quisiera saber que sucedió con mis padres? A pesar del panorama no quería aceptar la realidad, guardaba la esperanza que me dijeran que se encontraban bien, en ese momento me hicieron pasar a otra sala y cuando entre a ese sitio y vi la cara y las expresiones de la gente que había allí, supe que lo peor había pasado. Luego se me acerco un hombre quien me explico que el avión de mis padres se había estrellado y que lamentablemente no había sobrevivientes.

En ese instante sentí que la vida se me salía de las manos, una gran confusión se apodero de mí, mis peores pesadillas se estaban haciendo realidad y no podía hacer nada para evitarlo. Sabía que desde ese momento estaría sola para siempre, así que no me pude contener y llore como una niña, mis piernas y todo mí cuerpo temblaba, sentí un frió estremecedor y acongojada por el dolor de repente no supe más de mí.

Cuando desperté me encontraba en un hospital habían pasado ya un par de días, al parecer me negaba a despertar para asumir tan triste realidad, lo único reconfortante fue cuando vi a Linda, cuidándome como lo había hecho siempre, me consoló y pude desahogar todo el dolor que sentía. Me comento que su familia ya se había hecho cargo de todo, como no iba a confiar en aquellas personas tan amables y que eran lo único que me quedaba. Quien podría imaginar que detrás de tanta ternura existiría tanta maldad, así que desde momento comprendí que ellos eran mí única familia y tendría que estar con ellos de ahora en adelante.

Luego del funeral de mis padres, me encontraba devastada así que me dirigí a la granja quería estar sola, y aunque Linda y Camilo se ofrecieron a estar conmigo no acepte, quería capturar los últimos recuerdos de mis padres, sus olores, sus cosas, sus últimos momentos en casa, quería que eso fuera solo para mí. Podría sonar un poco egoísta, sobre todo después de cómo se habían portado ellos conmigo pero no me importo, deseaba estar sola con mí dolor, sola como había permanecido en los últimos años.

Al día siguiente muy temprano Linda llego a mí casa, me comento que sus padres querían que me fuera a vivir con ellos y que ella lo deseaba mucho más, ese quizás había sido un sueño nuestro de toda la vida, pero a medida que la escuchaba comprendí que si aceptaba, todo lo que mis padres me habían enseñado para salir adelante, no serviría si yo abandonaba todo aquello que ellos habían construido para mí. Así que agradecí a Linda y le comente lo que acababa de decidir, ella se sorprendió un poco pero cuando le explique mis razones, me apoyo incondicionalmente como siempre lo había hecho y le alegro que continuara siendo tan fuerte, al igual yo sentí un alivio al comprender que ella estaría apoyándome en cualquier momento de mi vida como siempre, en ese momento reímos y entendimos que estábamos entrando en una nueva etapa de nuestra amistad con dimensiones tan desconocidas como las del primer día en que nos vimos.

SINOPSIS

Karen Stuart es una joven, que pierde a sus padres a los 23 años. Siendo hija única debe asumir las responsabilidades de la granja y concentrarse en salir adelante, sin imaginarse lo que el destino le tenía preparado.

Afortunadamente contaba con el apoyo de sus vecinos, la familia Hamilton, a quienes conoce desde pequeña y con quienes ha estrechado una sólida relación y una incondicional amistad en especial con Linda y su hermano Camilo, por el cual se siente realmente atraída desde su niñez, sin sospechar el terrible secreto que ocultan Los Hamilton de su pasado.

Secreto que la hará vivir la más angustiante y escalofriante historia, al decidir acompañar a Camilo y Linda a visitar a sus abuelos que viven en un paraje alejado del mundo y descubrir la verdadera tradición y destino que sufren las mujeres que se relacionan con los Hamilton, debido a su legado de sangre.

El hallazgo de un diario escrito en 1556, de una joven que se casó con un antepasado de los Hamilton, pone en evidencia las oscuras tradiciones y rituales que rodean esta familia y lo que inicia como una inocente lectura, termina siendo la única salida que tendrá Karen para poder escapar de tan terrible situación.

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