La casa encantada
Mi infancia fue larga y feliz. Me críe despreocupadamente en una aldea de pastores entre altas montañas y verdes valles. Cuando huelo a yerba o a mantillo me retrotraigo a esos días. A mi alrededor todo el suelo estaba tamizado de deposiciones. Teníamos bostas de oveja, de cabra y de vaca, además de los excrementos...