La fuga de los caballos
Una vez, cuando tenía como diez años, compró un caballo por veinte pesos y lo mantenía dentro de los terrenos del parque cerca del puerto. El potro era espigado, con fuertes músculos en las patas y una crin oscura. Él lo montaba a puro lomo y retumbaba el galope sobre la grama. Por entonces se...