El Niño de la Coleta

SOCIEDAD

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20 de mayo de 2050.

PABLO IGLESIAS SE CORTA LA COLETA.

El ex presidente del gobierno y primer “matador virtual de toros” de la historia, Pablo Iglesias, “El Niño de la Coleta”, se retira de los ruedos tras una exitosa gira por los Estados Unidos de América, país de acogida del diestro, que le nombró hijo adoptivo hace ya varias décadas.

Recordemos a los más jóvenes que el antiguo mandatario llegó al gobierno de la nación española después de las ajustadísimas elecciones generales celebradas en el año 2015 y que una de sus primeras medidas fue, tal como rezaba su programa, suprimir la entonces llamada “Fiesta Nacional” y sustituirla por la que hoy conocemos como “Fiesta Revolucionaria del Pueblo”, en la que el animal tradicionalmente masacrado fue permutado por la imagen tridimensional y animada creada por ordenador de una bestia salvaje cuyo rostro podía ser alterado a voluntad del “matador” que debía enfrentarse -a muerte- a ella. El propio presidente, entusiasta partidario de la idea, se convirtió en el primer héroe de la nueva “tauromaquia” y en el máximo exponente de la primera hornada de figuras de la renovada Fiesta.

Varios lustros contemplan la fulgurante carrera del barbado líder al frente de su revolucionaria cuadrilla, integrada por lo más granado de su vieja formación (“Podemos”), salidas a hombros por las puertas grandes de los más importantes coliseos del mundo entero, vueltas al ruedo, ingresos millonarios, aplausos unánimes, miles de orejas y más de un rabo.

Fue, curiosamente, en tierras norteamericanas -tradicionalmente poco proclives al maltrato animal que suponía la vieja fiesta- donde obtuvo Pablo sus más sonados triunfos, logros que le llevaron a contraer matrimonio con la ex primera dama Michelle Obama, a protagonizar innumerables cintas de lo que en aquel tiempo se conocía como “La Meca del Cine” y a presentarse -y ganar- las elecciones presidenciales en el próspero Estado de California, previa obtención de su nueva nacionalidad de “ciudadano del mundo”.

Ahora, cansado de fama, borracho de gloria, harto de reconocimientos, henchido de gozo, ha decidido poner fin a tan aclamada carrera, poniendo broche a su gira “Ni Ulises, ni Aquiles, Pablo mata reptiles de las maneras más sutiles”.

Quien derogara la Ley sobre el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, restableciera la prisión por deudas, iniciara la moderna persecución de los cristianos, aboliera la Semana Santa y suprimiera todas las fiestas religiosas, aboliera el Estado de Derecho instaurando el Terror, la Anarquía y, por fin, la Dictadura del Proletariado dirigida por un Caudillo (él mismo), desamortizara los bienes de la extinta Iglesia Católica y se auto proclamara “imperator” e hijo de Zeus, termina, de este modo, una trayectoria pública plagada de luces y oropeles, así como desprovista de sombras y censuras.

Su coleta, que le será cortada por Júpiter y recogida por Marx (Groucho), se subastará entre el Pueblo, que le adoraba.