Recostada en la butaca del bus que la llevaría  a su destino,  Maribel, una chica muy joven, tal vez unos veinte y tantos, de cabellera negra y larga, que contrasta con el color de su piel blanquecina, con muchas ilusiones por delante, como todo el que emigra buscando un mejor futuro, por su mente van pasando una y otra vez la imagen de su madre, abrazada a su cuerpo, como si nunca la quisiera soltar, con sus ojos bañados en lágrimas, junto a sus hermanos pequeños, no fue nada fácil desprenderse de aquel hogar que siempre la protegió, pero había llegado el momento de dejar el nido y salir a volar muy lejos, por el bienestar de todos. Enjuga sus lágrimas, secándose con un pañuelo rosado de florecillas blancas que lo lleva guardado en su chaqueta, mueve su cuerpo en señal de acomodarse mejor. Un ronquido a su lado indica que no va sola, de compañero un tipo un poco misterioso, de buen porte y elegante, con bigotes grandes y negros como el azabache, casi llegando a los cuarenta, solo se limita a hablar por teléfono o sumergido en las redes, casi ni habla, lo pareciera un hombre de negocios. Ni modo, dice para sus adentros tendré que aguantarlo todo el trayecto. me parece hasta pedante. Un intenso frío que penetra hasta los tuétanos indica que van pasando por la cordillera andina, todos duermen menos ella, va disfrutando el hermoso paisaje que atraviesa toda Colombia, de vez en cuando siente nauseas, pero igual, no deja de admirar tanta belleza. Luego de un viaje tedioso y agotador  por fin llegan a ECUADOR.

Sentía tanta emoción que no le cabía en el pecho, ¡oh Dios¡ me parece mentira, hablando sola, su compañero de butaca la mira  frunciendo el ceño como no dando importancia y tomando su bolso de mano baja y se va hablando por teléfono como siempre, que tipo tan odioso dijo para si.

Llego el momento de enfrentar la realidad, otro país, otra cultura. Una amiga de su madre, doña Flor, que tiene ya cierto tiempo acá la va apoyar mientras consigue un empleo.

Una habitación con un ventilador, una pequeña cama, un pequeño espejo, y un minicloset para colocar su ropa. Doña Flor es una persona muy agradable, buena gente, y Maribel es un poco tímida y reservada, de nobles  sentimientos..

Así, con la ilusión de conseguir empleo salio aquella mañana, el bullicio de la ciudad y el candente sol Guayaquileño eran insoportables, mucha gente pululando por las calles, el tráfico espantoso, el metrovia  full de personas, no le cabía una aguja,vendedores ambulantes por montones, se podía apreciar mucha economía informal, por lo visto no era tan fácil tener empleo fijo. Pero en todas partes le exigían sus papeles en regla, lo cual no los tenia listos porque necesitaba dinero para eso, así fueron pasando los días y nada. No le quedo otra opción que ponerse a vender cualquier cosa para subsistir, algunos días vendía caramelos en los buses, otros días vendía agua, era un trabajo agotador, habían muchos compatriotas haciendo lo mismo, así que ya la plaza estaba repleta.

Ya en su habitación a solas, se preguntaba, por que tiene que ser tan dura la vida del emigrante, donde no tienes nada, empezar de cero, de nada valen los estudios si no tienes quien te ayude, aunque tengas tus papeles arreglados, cuántos jóvenes profesionales, graduados en prestigiosas universidades, personas que ocuparon buenos cargos en su país, en el extranjero toca trabajar de lo que sea, sentía rabia e impotencia, quería regresarse a su casa,a los brazos de su madre,al calor sabroso de ese hogar tan cálido que tanto extraña, no es fácil dejar el nido para volar tan lejos, reflexionaba, pasandose la mano por la frente mientras lagrimas rodaban  por sus mejillas.

pero sus sueños no podían quedarse en esa habitación, tenia que sacudirse los pensamientos negativos y seguir buscando.. algo tiene que encontrar.

hay que continuar el teatro cada vez que su madre llama para saber como esta, poner la mejor cara, limpiarse las lagrimas, fingir que todo esta bien, aunque tenga el estomago vacío, los pies hinchados de tanto caminar y el cansancio agotador de un día fuerte de trabajo en la calle.

Han pasado muchos meses, y aun Maribel esta sin empleo fijo, un día tomo la determinación de asistir a una empresa donde estaban reclutando personal, poco a poco ha ido arreglando sus documentos, aunque le faltan algunos.

Casi todos  jóvenes, esperando su turno, hay emoción  y suspenso para la entrevista.  Nunca había sentido tanta alegría  cuando su nombre fue repetido dos veces por la secretaria que estaba recibiendo la hoja de vida de cada uno. sintió  un vuelco en el corazón ,recordando el momento que fue llamada por el decano de la facultad para entregar su titulo en administración de empresa.

Los pies le temblaban, sus manos sudaban frío,  mirando aquel hombre que la observaba de arriba abajo era demasiada casualidad, es el mismo tipo antipático y pedante que compartieron el asiento en el bus.

Penso que no la recordaría pero de pronto, el le dijo tu eres la chica del bus claro, tu cara me es conocida, ella asintió con la cabeza un poco tímida. luego de unas breves palabras ya no le parecía tan antipático y pedante.fue una entrevista amena y cordial, lo vio tan diferente ese día, mas guapo y amable. le dijo que la llamarían en una semana.

Aquella noche no podía dormir,un cumulo de sentimientos se revolcaban en su ser, alegría felicidad,  nervios ,de todo sentía Maribel.

Por fin llego el gran día, la llamaron a ocupar un puesto, en la empresa fue el día mas feliz de su vida, no lo podía creer. Se veía tan hermosa,con ese traje de color beige y  tacones altos que la hacían ver mas esbelta.

Así  ha pasado el tiempo y Maribel ahora ocupa un puesto muy importante en la empresa, Roberto que así se llama el gerente, le ha propuesto matrimonio y ella lo acepto muy feliz y enamorada luego de pasar un tiempo conociéndose

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