El país más extenso del mundo

El país más extenso del mundo

Yuley Díaz

04/05/2020

¡No se podía mover! Estaba colgada de un rama, boca abajo, sin ojos, sin piernas y sin huesos, metida en una ajustada bolsa de seda verde que se iba haciendo transparente mientras retorcía su cuerpo luchando por salir. A la mañana siguiente se despertó de ese sueño con dos alas y dos rumbos: postergar indefinidamente la partida y continuar viviendo en el hastío, hasta morir, o simplemente partir y de una vez descubrir, cómo se puede volar. Lo primero era un martirio. ¿Lo segundo? ¡Un misterio! En los muros de la cárcel, lentamente dibujó un cielo azul con unas cuantas ventanas. Se agarró con fuerza a lo extraordinario y se sintió libre de veras, es decir, casi triste. Cerró los ojos con miedo y simplemente voló sin rumbo y sin pensar. Por un camino desierto viajó alrededor de cinco mil kilómetros, ajena a todo lo que no fuera su propia esencia de cristal.

Con un lienzo de recuerdos y sonrisas de un pasado, ahora en desuso, al nuevo mundo llegó. Sentía una enorme curiosidad por la nueva textura de la realidad. Su vuelo a trompicones adornaba el aire, construía sonrisas. Convertía todo aquello que tocaba en primavera. Con su empalme de culturas, emociones y ensueños, a raíz de cada encuentro fabricó nuevas historias basadas en la esperanza. Confundida en el placer escuchó que cada ser debía encontrar su esencia. Le contaron de un jardín que conducía a las flores. Maquilló sus alas finas y fue en busca del lugar al que ella pertenecía. ¡Que maldita travesía, cuánto la desorientó! ¿Por dónde debo cruzar, por el río, por el mar? Nunca nadie le alertó lo compleja que es la vida. El frío la amenazaba, todos los vientos le pegan y con las rocas chocaba. Sus sensaciones confusas se viciaron de impaciencia. Estaba desesperada y se arrodilló y rezó. El mundo era más seguro, ayer, cuando me arrastraba.

Muchas veces el camino nunca es como se piensa. En medio de aquel tormento, con su mirada miope descubrió en una ventana una rosa tenue y bella que parecía una estrella. ¡Amor a primer olfato! Nuevos sueños y deseos, su mundo se transformó. Brilló con un resplandor irregular para intimidar. Se asomó en esa ventana como una visión artística y bailó silenciosamente una especie de tango aéreo. Demostró ser maestra en el arte de la seducción. El cortejo funcionó. Bajo el sol y entre sonrisas libó el néctar de la rosa, florecieron las caricias y el aire alrededor. Con su cuerpo espolvoreado de una elegante ternura, sumergida en la confianza, le entregó su corazón.

Pero un día de repente, otra pequeña sorpresa. Sin una causa aparente, aquella flor casi estrella se marchó sin dejar huella. El regalo recibido es la trampa de vivir. ¡Era imposible medir el daño que le causó aquella rosa innombrable! Cayó en absoluto desaliento, en una invencible sensación de fracaso. Ahora sabe que la vida no se puede predecir. La invadió un odio instantáneo que contaminó sus noches. Así ingresó aquella flor a sus insomnios. Su bello rostro cansado de ojos humedecidos, necesitaba del sol para escapar del dolor.

La Mariposa enfermó.

Su cuerpo frágil e inmóvil flotaba en el aire.

No existe cosa más triste bajo un cielo sin color.

Muy despacio, descendía,

levitando en el espacio,

ondulando con el viento,

y así,

con suavidad,

aterrizó,

en Soledad,

el país más extenso del mundo.

Soledad cuenta con una superficie equivalente a la novena parte de la tristeza firme del planeta, con gran variedad de incómodas cuotas de vacío. Su capital es Nostalgia, entidad federal más poblada. La mariposa ahora camina por un país que limita con muchos países y que tiene las fronteras más extensas del miedo, no uno, sino muchos miedos. En el periódico leyó que aunque allí se registraban las tasas más altas de suicidio, era un buen lugar para hacerle frente a un mundo de preguntas sin respuestas, donde pocas son las verdades y la hipocresía es un vicio. Este país es perfecto para encarar el presente, el pasado y el futuro, todo junto. Se dio cuenta de una cosa: la libertad de una rosa es la verdad de la herida. ¡Qué curiosa la plasticidad con que se plasma el dolor! No es lo mismo Soledad que una soledad forzosa. El esquema de gobierno tuvo un cambio radical. Soledad se convirtió en una nación en vías de desarrollo enfocada en promover el régimen socio-esperanzador: ‘lo esencial es adaptarse, reponer las energías y continuar el trabajo. Hay amor en todas partes’. Ahora aquí se encuentran los mayores recursos y reservas de defensas que una genera para empezar desde cero, o tal vez desde menos diez. Los inviernos son largos. El cielo está parcialmente dudoso durante todo el año. Hay bancos de neblinas de tristezas repetidas, precipitaciones de angustia y una buena cantidad de llantos. La muerte no se despide, los gritos son mudos, y las almas tiemblan como la luna en el mar. Nostalgia es una ciudad con plazas llenas de memorias. El regreso es prohibido, lo de antes ya es historia. ¡Ay, Mariposa! Qué lejos quedó tu infancia, la tranquilidad de saber el camino a cada hoja, a cada planta. ¡Que lejos quedó el olor de un mar al alcance de la mano! Hay gente que no comprende ese tipo de añoranza. Con alas llenas de heridas y a pesar de la distancia, expulsó todo el dolor del organismo con sus lágrimas. Se adentró en el tiempo abierto sin pensar en su después. Y se propuso ser otra, se propuso ser mejor: lo importante es la alegría, y no traicionar la fe. Cuando se persigue un sueño hay que ir cambiando de rumbo. Todos somos emigrantes al menos alguna vez.

En los muros de la cárcel dibujó una inmensa luna que iluminaba una puerta. Cerró sus ojos con fuerza y allí, decidió cantar. Cosió sus dos alas rotas y no murió de tristeza.

Mariposa,

¿cómo puede

una vivir,

sin tu

volar?

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