¿Como he llegado hasta aquí?
¿Cuantas veces muchos de nosotros nos hemos preguntado esto?
Existen múltiples combinaciones de circunstancias que te arrastran a otras latitudes, el proceso es tan intenso que en el momento que tienes tiempo para ponerte a pensar, ya es otra tu realidad. Entonces resuena en tu cabeza: ¿Que me trajo a este preciso espacio de la geografía de entre todos los lugares que existen en el mundo? ¿Fue una decisión consciente? ¿Fue una cadena de hechos fortuitos?
Incluso a veces la gente se va sin saber que se está yendo, pero al llegar a su destino final una parte se ha quedado atrás. ¡Te han mandado incompleto! ¿Y ahora?
Esa falta de partes te da un comienzo extraño en tu nueva tierra; es renacer y mirar con ojos nuevos de asombro la belleza de la ciudad, belleza que no hace detenerse a los locales en su ir y venir, mientras que tu estas ahí parado en el medio admirandolo todo obstaculizando sus pasos.
Te va completando este lugar, rellenando los vacíos de las partes que no hicieron el viaje y se quedaron en casa, cual muñeco remendado, se va formando una persona nueva dentro de ti.
Otras lenguas, diferentes costumbres, cambiando hábitos, inventando rutinas. Es así como poco a poco te amalgamas con la cotidianidad de este sitio desconocido que ahora te rodea.
Al principio es vivir dividido, dividido entre las noticias de allá y las noticias de aquí, tus afectos de allá y tus nuevos afectos aquí. La hora de allá y la hora de aquí. Insomnio. Incertidumbre. Pero fortaleza también, que te empuja a seguir cada día dando lo mejor de ti a un destino novedoso.
Y llega el día en el que tus pies se acostumbraron al camino, donde creaste una nueva morada, formas ahora parte del ir y venir, imperturbado por aquello que antes tanto te deslumbró. Eres uno más, te dices.
Lo cierto es que para los de aquí sigues siendo de allá, y cuando vuelves lleno de añoranza a tu tierra natal descubres que para los de allá ahora eres de aquí. De ningún lado del todo, sin embargo eres una creación de los dos.
Una invención de ambos mundos que te ha llenado de riqueza de pensamiento, de experiencias mixtas. Habrá risas y llanto a montones; y una noche volverás a preguntarte como has llegado hasta acá y entonces al mirar atrás tendrás otra historia que contar. Tu historia.
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