¡Miradla!
Oscuridad brillante, imperturbable. La boca de un arma de fuego es aterradora. Quizá por la serenidad con la que nos mira. No percibiréis miedo, ni nervios, ni tensión. Es la imagen viva del aplomo. Nunca habréis visto una frialdad más distante. Me gustan las armas. Pesan. Emiten una energía intensa y grave. Se percibe el...