Ha llegado ya el momento

después de un tropiezo impuesto

una apuesta que apestaba a farol

y miradas vacías de verdades por si

que al final, no.

Es ahora. Quizás tarde, quizás mucho.

Cartas boca arriba y adiós.

Decido caminar, miro al frente y dejo

que de nuevo se iluminen los ojos

el guiño a la vida aguarda sin reproches

vuelvo a mí y en mí encuentro todo.

Elijo seguir así, cremallera del corazón

desabrochada de miedos, heridas limpias

y cicatrices extraordinarias.

Golpea si te atreves.

Ten cuidado, que a lo mejor te duele.

Me quito el peso de los peros de encima.

Te diré lo que siento sin rodeos, tiro el lazo

y si quieres, entras.

Mi partida sigue porque partí.

Después de haberme partido tanto, tantas,

en tantos.

Tanteo y me la juego, apuesto fuerte porque

ya aprendí: no hay otra manera de ganar en esto.

Quien no arriesga, pierde siempre.


Que ardan los faroles, no me hace falta carta.

Que tengo buena mano, pero si quieres,

reina, nos descubrimos los colores

y juntas hacemos escalera.

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