Hoy deseo escudriñar, de remotos y viejos tiempos que solíamos pasar, mi niñez siempre aventurada y mamá enojada, con un tono que para ella era normal, como lista para un desafío iniciar. Decía… ¿Mi hijo no te vayas a golpear?… ¡Que de eso me encargo yo si mal te has de portar!… Yo, niño travieso y compañía no ha de faltar, para la travesura iniciar… ¡Quien se apunta! se escuchaba por ahí, de su casa Alfredo era el primero en salir, no por ser buen jugador, sino que nos reuníamos ahí, Javier asustadizo corría a su casa, pues faltaba el permiso que desde la puerta sin abrir solía él pedir, salía guantes en mano todo serio para que nada le vayan a decir… ¡Arquero yo soy…! pero siempre ¡1 o 2… Le gritaban gol por ahí! … El infaltable jugador, salía con pelota entre maromas que solía realizar antes de jugar, bien correlón, el inigualable Iván el muelon… Buen dominador pero también enamorador… Jorge el inocente, más decente y educado, pero machito como gallo de pelea, si alguien lo amenazaba por ahí… Antes de una travesura lo tenía que pensar… Era el más centrado de todos los alocados de nuestro mundo juvenil… Se escuchaba la sirena en una bicicleta diminuta, su presencia anunciaba con un ondulado tipo viruta, era el Loco collo que venía hacia mí, como siempre gritando por ahí… Ta, ta, ta, ya estaba por acá, siempre pausado al hablar, calmado es, pues el siempre fue así, tenia un problema para articular pues la palabra en pausa siempre lo solía acompañar, no es el del arca ya lo ve, es mi amigo Noé… Llego desde Piura para hacerse querer y en Lima florecer, el duro de la película, el de las zapatillas eternas… Duro él, noble de corazón, mi amigo gua paisano, que en el barrio era nuevo, Eduardo el huevo…. El más juguetón de la manchita, pequeño, pícaro y con cara de ratita… Mi amigo puguita… Aunque no sabemos que fue de ti, pero siempre en cada recuerdo estas ahí. ¡Ese barrio…! Ya llegó la alegría vamos a juerguear, el más pequeño de la promoción que luego creció, a la mancha en grupo se unió, ahora es de la promoción orgulloso, mi amigo Pallarozo…. Pelito, bailarín neto, salsero que la nera de piñón, chispa te hacía sacar en cada paso que te hacía bailar… Con grabadora al hombro por la calle solíamos pasear… Mi amigo Percy el sabroso.

Ha me olvidaba de guay… El indomable, el fortachón, el Inca de acero por ser tan gigantón… El que se cargaba la bronca de cada bocón… Esta manchita y más que se me pueden escapar por no recordar… Somos los del barrio, hoy todos por buen camino… Pues el destino bien nos jugo, las peleas al tiempo se dejó y por buen camino el destino nos guió… Hoy profesionales que esfuerzo y dedicación les costo. Pues eso es lo que son. La esquina que nos reunió luce hasta ahora igual, con otros niños que sus historias escribirán, muchos pasaron por ahí y seguro que pasaran, su historia escribirán… Pero nuestro tiempo nadie lo cambiara, siempre en la esquina nos paramos, pero nadie a la del frente cruzaron, amigos de la otra esquina que en el recuerdo se quedaron, caminos diferentes hoy tomamos, pero siempre los que podemos nos juntamos, aunque lejos algunos hoy han viajado, siempre juntos aun estando alejados, ya han pasado muchos años que en el barrio a la pelota jugamos, aun la esquina no ha cambiado, y la calle por donde paseamos y jugamos, con vecinos nuevos amaneció y los de ayer no se olvidaron… Esa calle nuestros sueños de niños albergó, pero siempre seremos los mismos que por tus calles corrió, Tempestad de juventud que solíamos juntos pasar. Nunca tan alborotada, como los de la esquina que nadie cruzó, que por no escuchar, muchos entre rejas y al más allá fueron a parar. Barrio que vio mi despertar, Con grandes amigos que hasta hoy suelo frecuentar…

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