Familia, palabra que me persigue, palabra gris.

La familia es impuesta, ahí, te guste o no. Son lazos de sangre que nos unen como una hipoteca, es una carga y de por vida. Sino te gusta te aguantas, no se elige, sean drogadictos, artistas, profesores, doctores… da igual, siempre tendrás aquella que no deseas.

No sé lo que es, una cena en familia, la abuela, el tío pesado, los cotilleos y temas políticos en Navidad.

Un abrazo de una madre que ve a su hijo desde hace mucho, una buena comida, la ropita limpia en tu cama, y la típica nota de despedida con el menú diario de tuppers que te ha dejado en el frigorífico.

La primera vez que vi como se reunían una familia entera para un cumpleaños, me emocioné, se habían reunidos todos, solo para ver a una persona. Me pareció tan surrealista…

Por lo que me contó el chaval, era normal, su familia estaba muy unida.

No pude contener mi rabia y lloré, no sabía que te podían querer así.

¿ Era lo normal? Ni idea, sinceramente, nunca he celebrado un cumpleaños.

¿Como debería sentirme?

Decepcionada, herida, ignorante, no sé, vaya asco de vida, solo tengo recuerdos de niña en un escalón sentada, viendo como los perros jugaban con los pocos huesos que tenían. Recuerdo el parque un día, me llevó la madre de un amigo, un año tuve reyes ( pillé a mi madre y a las amigas muy bebidas poniendo unos regalos, algo es algo), un poco de fiestas, drogas y mudanzas crearon a la chica que soy hoy.

Sinceramente, en teoría tengo una familia, pero nunca estuvo unida, es más, a día de hoy no se donde están la mayoría de ellos, sé que una prima está en Madrid. Sinceramente, mi familia está compuesta por buenas personas, pero no son aquellos que te llaman para saber como estás, aquellos en los que apoyar el brazo o en los que ahogar las penas si hay una mala racha. Solo están para las fiestas y punto.

Entiendo que todas las familias son así en un cierto sentido, hay dos grupos: el grupo mayor que es el conjunto de la unión de todos los miembros, y, luego tus padres, hermanos y tíos más cercanos. Se considera familia a aquellos que lleven tu apellido, o la sangre que corre por tus venas, pero, verdaderamente son aquellos que te abren las puertas de su casa cuando ya no tienes ni donde caerte muerto. Le podrás hacer cosas malas, muy malas, incluso ni hablaros, pero sé que si a ese familiar le pasa algo estarás inmediatamente.

Esto no es un relato dramático, con pinceladas de nostalgia, no sintáis lástima por mí, sentid lástima por vosotros mismos, que no sabéis lo que tenéis, siempre os quejáis de madres pesadas, de que no os gusta la comida de hoy, y que os impongan horarios incomprensibles.

Lo bueno de no haber tenido a lo largo de la vida ciertas cosas que son tan fundamentales, es que aprecias las cosas pequeñas que valen millones, como un beso en la frente, una caricia en la mejilla, o unas palabras de consejo de aquellos que están más que pulidos por la vida.

Imperfecta, caótica y revolucionaria familia, siempre nos condicionan la vida.

No me compadezco de mi niñez absurda e inexistente, ya que me han hecho ser la persona que soy hoy en día, y me encanto como tal.

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