Duong es mi nuevo amigo de Lao Cai. Tiene 12 años. Para aprender inglés, al acabar el colegio, convence a su madre para que le lleve cada día a la estación de tren. Mientras él practica el idioma con los trotamundos como yo, que esperan aburridos, su madre no le quita ojo, sentada detrás a una distancia prudencial. A Duong la primera vez le daba miedo hacerlo, el mismo que he sentido yo cuando se ha dirigido a mí mientras otros nos observaban.
A Doung, el día de mañana le gustaría viajar a Australia para estudiar informática y poder dedicarse al mundo de los videojuegos, que tanto le gustan. Hablamos de todo un poco porque lo importante es acostumbrar el oído y atrever a expresarse. Hemos estado dos horas, al final nos hemos hecho una foto juntos y deseado buena suerte.
Espero que algún día Duong consiga alcanzar su meta con la misma perseverancia e ingenio con el que se propone aprender inglés. Agradezco haberle conocido porque me ha enseñado a no desconfiar ni tener nada que temer la próxima vez que un niño de doce años, que habla una lengua extraña en un país lejano, se siente a mi lado para intercambiar unas cuantas palabras en inglés con el único fin de conocer y aprender, porque, a falta de otros recursos, es el medio de que dispone para conseguirlo.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS