…El agua del mar, increíblemente azul, iba y venía sobre la arena mojándole los pies. Le parecía mentira disfrutar la maravillosa comunión entre esa fuente de vida y su amado cuerpo: esa materia densa; profanado y maltratado; inmerso en lo efímero y superficial, ignorando que es el instrumento de algo más profundo y poderoso; el carruaje, no el cochero….
Daniel le arrebata el block de hojas blancas, lee rápidamente y con ceño fruncido le dice:
— ¿Otra vez escribiendo estupideces? Ya tenés cincuenta años y dos libros editados que compraron ¡treinta personas! Cuándo vas a aprender que la gente no quiere pensar, que no le gusta que le hagas ver lo mediocre e infeliz que son. Por qué no aprendés de una vez que lo que gusta y vende es lo que entretiene, lo superficial y efímero. Mirá dónde te traje, viajamos dos días para llegar ¡a Río de Janeiro!
─Mirá las mujeres de cuerpo turgente y piel morena, los hombres fornidos, varoniles; hacé una historia de pasión sexual, un trío o cuarteto, una orgía, con celos, sangre, dolor y muerte. Bien carnal, erótica, burda; que la gente se masturbe mientras la lee, que llore de impotencia y de vergüenza. Que los lleve al inframundo, para que saquen lo peor de cada uno y los habilite a actuar como los protagonistas. Que les haga creer que ser basura egoísta está bien; que en cada frase y renglón se sientan estimulados para lastimar, herir, profanar, incluso matar, si su miserable cuerpo así lo desea. ¡Eso gusta a las masas! ¡Eso se premia!
─Pero no, a vos un lugar así te inspira escribir de la arena y el agua azul que moja los pies del profano. De la desigualdad social. La miseria escondida y solapada. La prostitución de las almas y cuerpos. El asesinato de niños de las favelas que duermen en las calles. El trasfondo psicológico del narcotráfico. Cómo evitar y superar la ignorancia… ¡Dejáte de joder! Eso no vende, eso no merece ser avalado y difundido porque puede despertar a la gente, liberarlas, humanizarlas… No conviene avivar giles, amigo.
─Soy tu editor y te traje a este viaje porque tenés el don de decir en lenguaje escrito lo que querés plasmar como imágenes mentales. Sabés muy bien que lo que vemos y oímos, incluso lo que se lee, queda guardado en la memoria, va formando la personalidad y rige los actos de las personas.
Cristian, (cuyo pseudónimo era Ángel Miguel, en honor al gran Miguel Ángel, nombre que invirtió para asemejarse también al Arcángel Miguel) no salía de su asombro. Era su editor, pero también su amigo de toda la vida: sabía y conocía sus principios arraigados con respecto al arte de escribir.
Daniel caminaba de un lado a otro pateando la arena mientras hablaba.
— ¿No te das cuenta que con tu ingenio podrías ganar mucho dinero y fama? ─continuó —Todas las manifestaciones artísticas están abocadas a un fin: mantener a las personas en una misma frecuencia mental, un dócil rebaño obediente a los intereses de unos poderosos, dominando y manejando a los muy ignorantes. Encima los ilusos creen que eligen su modo de vida. ¡Qué ingenuos y equivocados están!
─Hábil plan, interesante plan en el que deberíamos entrar por un tiempo, hasta hacer un buen dinero y luego nos retiramos o seguimos… vos dirás.
─ ¿Por qué te creés que se premia y alienta la lectura de obras mediocres llamadas entretenidas? Dicen que es para distenderse, relajarse luego de la carrera diaria en busca de lo material, del dios dinero, lo que rige y gobierna al mundo. Pero no, en realidad es para mantener a las personas corriendo masificadas, de un lado a otro, según la moda. Cometiendo error tras error, que de tanto repetir los consideran correctos; actos crueles y despiadados antiguamente censurados, ahora son aceptados y avalados . ¿Por qué te crees que las llamadas novelas negras son tan buscadas?
─Novelas donde podés asesinar a tu esposa con tres puñaladas por la espalda porque, para tu gusto, habla mucho; ella te ama, pero habla demasiado, entonces la matás. Eso sería gracioso, muchos se reirían y festejarían el femicidio.
─Novelas donde un señor mayor queda viudo y la joven hija del amigo le presume obscenamente, provocándolo, y luego le sugiere se saque sus deseos sexuales con la yegua que tiene en el establo. Ésta es muy cómica, hasta podría ganar un premio.
─Novelas donde el padrastro de una niña de 12 años, a la cual conoce y manosea desde los dos años, la viola porque su cuerpo así se lo pide. Y lo justifica con: —Si lo siente mi cuerpo, es correcto. ¡Viva la vida loca! ¡Vida hay una sola y hay que vivirla!
—Pero… ¿Qué estás diciendo? —interrumpe Cristian, tomándolo del brazo — ¡Vos estás loco! El escritor no se hace, el escritor nace. Es un artista, y los artistas interpretan el lenguaje del alma, dicen las verdades profundas del ser para ayudar a despertar a las personas dormidas. Sí, a veces con sátiras o tragedias pero siempre, siempre, con un mensaje para ayudar a comprender esta vida; allanar el camino de los que no nacieron con una conciencia despierta. No sólo a través de las letras, también la música, la pintura, el teatro. Vos estás loco si creés que voy a traicionar mis principios, porque “Así como piensa en su corazón, así es el hombre” y no voy a renunciar a la verdad.
—Loco no, amigo, soy realista. Realista y práctico. Vos estás a punto de perder tu casa, tu esposa necesita medicación de por vida, y la insulina que usa no es barata; tus hijos van a la universidad y deberán trabajar para pagarse los estudios. Pensalo… Una novela corta, banal y violenta. Una sola, nada más.
Cinco meses después sale a la venta, con rotundo éxito, la novela corta, banal y violenta de Ángel Miguel: «Viaje a la Mediocridad».
Y como subtítulo: Todos Tenemos un precio ¿Cuál es el tuyo?
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