¿Alguna vez has sentido que has vivido poco y te has cansado mucho?, lo sé, siempre.

Amé la poesía cuando conocí a Chocano y cada parte miserable de mi existencia se sintió bendecida de estar plasmada en sus letras, mis alegrías, mis tristezas, mi agotable fuerza, la mezcla de mi sangre, son solo pocas cosas que él representó.

Al terminar la universidad me dí cuenta que nada de lo que hice llevaba mis objetivos, solo era la pluma de una mano resentida, que a su gusto trazó lienzos oscuros y fríos, los cuales albergué por tanto tiempo. Cuando finalicé mi vida académica me di cuenta que estaba cansada de ser el algo de una nada, entonces decidí abandonar todo, marcharme sin dar vuelta, buscar mi camino, buscar un destino.

El bus que tomé decía rumbo a Huancavelica, nunca había viajado a ese lugar, solo escuché mencionar a mi abuelo que sus orígenes estaban ahí. Su pasado era un misterio, lo único que sabía era que mi abuelo era huérfano y que su vida, junto a la de sus hermanos, la paso en un albergue en Laria.

Inconscientemente tomé ese viaje, creo que ese fue mi primer objetivo, conocer el pasado de mi abuelo. Como no conocía a nadie lo primero que hice, y que normalmente se hace al realizar un viaje en Perú, fue visitar su mercado central, ahí logras entrar en contacto con el pueblo, sus costumbres, su forma de vestir, de hablar, su gastronomía, y poco a poco te unes a ellos, te insertas en su corazón.

Mientras desayunaba pregunté por el apellido de mi abuelo, sabía que era poco probable recolectar información con solo eso, pero me sentía libre, y en ese momento para mí todo bastaba, la respuesta fue sorprendente:

– X, he escuchado de ese apellido, proviene de una familia de «Danzaqs», fueron los mejores del pueblo, y se enfrentaban en majestuosos torneos en los cuales hacían vibrar a la gente con el resplandor de sus tijeras, enorgullecían al pueblo.

-Y usted madre sabrá, ¿qué pasó con ellos? ¿cómo los puedo ubicar?

-Hija eso está muy difícil, nada se sabe de ellos desde que el hijo menor de los X cayó al precipicio en una de sus peleas con la familia R.

-¿Cómo se llamaba el hijo menor?

-Mmm creo que Juan

-¿Juan?, como el nombre de mi abuelo- murmuré

-Sabes,conozco a alguien que te podría dar más información, pero está a dos horas de acá, trabaja en un mercado como este, ella decía ser la esposa de Juan, aunque no te lo recomiendo, es medio loquita esa señora, además es muy mayor.

Así mi viajé se prolongó por dos horas más, en el viaje me preguntaba ¿y si ella es mi bisabuela?, la hermana mayor de mi abuelo mencionó que su padre había muerto tras caer de un precipicio, bueno aunque la historia estaba algo modificada, ella nunca mencionó danzaqs, solo dijo que estando borracho resbaló y murió.

Al llegar me encontré con la anciana, pese a ser mayor era muy hermosa, su cabello blanco estaba bien trenzado, tenía abundante cabello y una piel trigueña brillante, sus arrugas cerraban sus párpados y sus manos temblorosas mientras acomodaba su mercadería, deducían años de fiel trabajo.

-Madre, buenas tardes

-No soy tu madre, no me hables

-Solo quiero hacerle algunas preguntas

-No quiero, lárgate

-Conozco a sus hijos

La anciana se quedó en silencio por un momento, dio vuelta y tan solo me miró

-¿Eres hija de alguno de esos malagradecidos?

-Soy la nieta del tercero

-¿De Juan P o del otro?

-De Juan P

-Mmmm, no entiendo porque viniste, no te conozco, no estamos relacionadas directamente, no me sirves ¿quieres dinero?¿quieres guerra?, nuestro apellido trae dinero, pero con el trae sangre, es mejor que te quites ese asquerosos apellido y te marches muy lejos, muy lejos de aquí.

-Tengo miedo

-¿Miedo de qué?

-Ya no quiero vivir, si me botas no tendré a nadie más, mis padres murieron en un accidente, estoy sola

-Carajo, ven acá – la abuela me abrazó

-Hija, los danzaqs son amigos del demonio, una vez que entras en ese mundo jamás sales, es mejor que te marches e imagines al igual que tu abuelo, que yo estoy muerta.

-Quiero quedarme con usted, por favor.

-Ayayay, mocosa en verdad no entiendes, yo soy la última X con la maldición, aléjate de este pueblo, y no rebeles tu identidad a nadie, y sobre no saber que hacer, no te preocupes, los de esta familia jamás entendían su lugar en el mundo, hasta que se topaban con lo más bello de la creación, el amor. Si te hace sentir bien, yo lo encontré en tu bisabuelo, y ambos, en nuestros hijos, vive y ama, ama y vive, y nunca dejes de ser tú, puede que no tengas nada ahora, pero mañana serás el algo de alguien y tu existencia dejará de ser irrazonable y se hará una con el suelo que hoy pisas. Así que regresa, y ya sabes, nunca vuelvas, es lo que tu bisabuela desea para ti.

Aunque en ese momento no entendí sus palabras, 5 años después lo descubrí, en aquella Lima «La Tibia», ya no era fría en ese momento…

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