Llovia intensamente, y de pronto me avisaron que estabas en el aeropuerto esperando, en ese instante salí corriendo en medio de la lluvia para abrazarte. Recuerdo que las calles parecían inundadas y aún así llegue hasta ti, te abracé pidiéndote que no me fallaras, nos sentamos en una mesa acompañados de dos personas, entonces un barco empezó a pasar. Te pusiste de pie y me dijiste que te vas, me puse a llorar; y tú de inmediato me diste un cálido abrazo diciendo ¿qué pasa princesa?, tú te vas a ir te dije, no yo siempre estoy contigo respondiste. Y luego te subiste a ese bote y con una enorme sonrisa me decías chao. Desperté de mi sueño y sabía que mi papá se había ido a un viaje, del cual nunca regresará.

KJ29.

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